6 de enero de 2013

El «Wilhem Gustloff»

Bundesarchive
El mayor y más dramático desastre marítimo en cualquier tiempo fue el del barco de pasaje alemán «Wilhelm Gustloff» (1945), en el que perdieron la vida 9 340 de sus 10 580 pasajeros, incluidos 4 000 niños. Se trató de un crimen, un acto contrario al derecho de guerra, al punto que los soviéticos, en la posguerra, intentaron sin éxito la eliminación de pruebas con la voladura de la nave naufragada.

El «Wilhem Gustloff» era un buque de pasajeros, de 208 m de eslora y 25 500 t, botado en Hamburgo por la Blohm und Voss (1937). Disponía de lujosos camarotes y cámaras para acomodo de unos 1 500 pasajeros, todos en clase única. Tomó el nombre del jefe regional en Suiza del Partido nacionalsocialista (1895-1936) y estaba destinado, según la propaganda, al recreo de los trabajadores alemanes. Durante la II Guerra Mundial sirvió como buque hospital y alojamiento de tropa, mayormente en el Báltico.

El 21 de enero de 1945 atracó en Gdynia (Polonia), durante la operación «Aníbal», improvisada flota de barcos que intentó rescatar a la población civil cercada por los rusos en la antigua Pomerania (N de Polonia). La multitud que huía de la barbarie rusa y la escasez de barcos originó el abarrotamiento del «Wilhem Gustloff», que zarpó al mediodía del día 30 con alrededor de 10 600 pasajeros y la escolta de un cazatorpedero (un segundo se retiró por falla mecánica). Al parecer, un mensaje advirtió al «Wilhem Gustloff» de barcos amigos en su misma dirección y, después de discutir el asunto, se decidió, sin consenso entre los oficiales a bordo, encender las luces del buque para evitar un abordaje.

Renitor
Derrotas aproximadas del «»Wilhem Gustloff» y el «S-13». La extensión que ocupan los ejércitos enfrentados corresponde al 31 de enero de 1945.
Al parecer, un mensaje advirtió al «Wilhem Gustloff» de barcos amigos en su misma dirección y, después de discutir el asunto, se decidió, sin consenso entre los oficiales a bordo, encender las luces del buque para evitar un abordaje. El capitán Alexander Marinesko (1913-.63), al mando del sumergible ruso «S-13», echó de ver las luces y, hacia las 9 de la noche, atacó con tres torpedos el barco alemán (un cuarto torpedo quedó atorado en el tubo de lanzamiento). Los únicos barcos que, por proximidad, pudieron prestar ayuda fueron el «Löwe» y otros barcos pequeños. El «Wilhem Gustloff» se hundió en unos 45 minutos y murieron 9 340 pasajeros, la mayoría niños y mujeres. La matanza busca justificación en las pocas armas antiaéreas que montaba el «Wilhem Gustloff». Con tan pobre excusa se atacó un barco con 4 000 niños a bordo.

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El cazatorpedero «Löwe», único buque de guerra que daba escolta al «Wilhem Gustloff», rescató 472 náufragos. Se trataba del «Gyller», requisado a Noruega en 1940. Fue devuelto a este país en la posguerra y eliminado en 1959.
Diez días después y en la misma área, el «S-13» hundió al barco de pasaje «General Steuben», de 14 600 t, en el que perdieron la vida 4 500 de sus 5 200 pasajeros. El capitán Marinesko, pendenciaro y alcohólico, fue condecorado con la Orden de la Bandera Roja y en 1990, a título póstumo, recibió el más preciado galardón: Héroe de la Unión Soviética.

Los restos del «Wilhem Gustloff», habidos y fotografiados en 1995, a unos 30 km de la costa polaca y 40 m de profundidad, vienen señalados en las cartas de navegación como tumba de guerra, con las restricciones que ello conlleva a la navegación y actividades submarinas en sus en rededores.