13 de enero de 2014

Sonda «Rosetta»: al encuentro del cometa.

Sonda interplanetaria europea «Rosetta» (ESA)
El 20 de enero de 2014 la sonda astronáutica europea «Rosetta», tras diez años en el espacio y los tres últimos inactiva, será reactivada y, por primera vez en los anales de la astronáutica, dirigida hacia un cometa para realizar en el mismo un aterrizaje. Esta misión es el gran acontecimiento astronáutico y astronómico de 2014 y el mayor evento planetario desde el desembarco automático en Marte.

La sonda astronáutica europea «Rosetta» fue lanzada a las 7 h 17 min (MG) del 2 de marzo de 2004 desde el Centro Espacial de Kourou (Guayana Francesa), a bordo de un cohete «Ariane 5» propiedad del consorcio «Arianespace», uno de los pilares estratégicos de la Agencia Espacial Europea (ESA). Su misión es orbitar el cometa Churyumov-Gerasimenko y dejar caer en el mismo el módulo explorador «Philae». La sonda es gobernada desde la estación de la ESA en Darmstadt (Alemania).

La Tierra y Marte le han conferido un suplemento de velocidad, merced a la cual ha podido acercarse al cometa en 2014. En efecto, lanzada en la dirección de Marte para aprovechar el llamado efecto de trampolín gravitacional, esta sonda sobrevoló aquel planeta el 25 de febrero de 2007 a la distancia de unos 200 km. La atracción de Marte le confirió una aceleración de 3'2 km/s. Luego ha sido acelerada de nuevo por la Tierra, junto a la cual pasaría el 13 de noviembre de 2007. Volverá a contornear nuestro planeta en noviembre de 2009 para dirigirse, entonces definitivamente, hacia Júpiter. Durante el vuelo fotografió el asteroide Lutecia (2010) y al año siguiente cesó toda actividad a bordo, excepción de una ínfima gestión térmica de los instrumentos.

El 20 de enero de 2014, a las 11 h (hora española), será activada para acercarse al cometa Churyumov. Una vez satelizada en torno a este (noviembre), y tras cartografiar su superficie, dejará caer en el mismo, desde una distancia de sólo 1 km y con aterrizaje suave, el explorador «Philae», de 110 kg de peso, que quedará anclado a la superficie debido al ínfimo campo gravitatorio del cometa. Culminará así la larga y portentosa carrera de «Rosetta», diez años después de su lanzamiento.

Agencia Espacial Europea (ESA)
Imagen ideal del aterrizaje del artefacto explorador «Philae» en el cometa Churyumov.
Temores. Una vez activada, la sonda orientará su antena hacia la Tierra y su primera señal se espera a eso de las 18 h 45 min. Tras haber logrado la primera parte de su misión, el temor ahora es que «Rosetta» quede reducida al silencio por un fallo de su emisora, imposibilitando así la prosecución de su cometido. Por supuesto, un fallo de comunicaciones se puede enmendar, como hicieron los técnicos de la NASA en 1992, que lograrían poner de nuevo la sonda «Magallanes» en servicio dos semanas después de que cesaran bruscamente sus emisiones, pero comúnmente es un problema sin solución que condena la misión.

Churyumov-Gerasimenko. Es un cometa periódico, especie de patata de 3 x 5 km, descubierto en 1969 por el astrónomo ucraniano Klim Churyumov (Universidad de Kiev) tras examinar unas fotografías obtenidas por su colega Svetlana Gerasimenko, del Instituto Astrofísico de Dushanbe (Tayikistán). Esta forma de riñón, con un período de revolución de 6'6 años y uno de rotación de 12 horas, pasará a la historia por haber sido el primer cometa —y nuestro cuarto vecino cósmico— en el que se posa un ingenuo fabricado por el hombre.

Precedentes. Las sondas europeas se distinguen por su extraordinaria precisión para interceptar cometas. En 1986, una escuadrilla de cinco sondas espaciales observaron de cerca el otrora aciago cometa Halley: «Vega 1» y «2» soviéticas, «MS-T5» y «Planet-A» japonesas y «Giotto» europea. La campeona, y también la más sofisticada, ha sido la última, con una distancia mínima al cometa de menos de 400 km (13 marzo) frente a los 10 000 de «Vega 1» o los 10 000 000 de «MS-T5».


ANEXO

Supuesto táctico. El planeta telescópico y el cometa, con órbitas aberrantes por efecto de los planetas, constituyen un peligro potencial. Caso de éxito, «Rosetta» comprobaría las posibilidades de la sonda astronáutica europea para transportar un explosivo nuclear y dejar caer el mismo en un planetoide, ora para romperlo, ora para cambiar su trayectoria.

Se calcula que entre el número casi infinito de todos los asteroides que existen hay un millón cuyas dimensiones son superiores al kilómetro y aquellos conocidos cuya órbita penetra en la de la Tierra son más de un centenar. No se debe menospreciar la amenaza potencial que constituyen: en 1991, el asteroide BA, peñasco de 9 km, fue descubierto pocas horas antes de que pasara a unos 165 000 km de la Tierra (en el entremedio de esta y la Luna).

Por supuesto, el mantenimiento constante en el espacio exterior de bombas orbitales y estaciones espaciales automatizadas, a imitación de los sistemas de bombardeo orbital fraccionado de la «guerra fría», suponen un esfuerzo humano y económico colosal, pero más pequeño que el cataclismo continental que puede provocar la caída de un peñasco de sólo 5 km.


ACTUALIZACIÓN

Agencia Espacial Europea (ESA)
El cometa Churyumov-Gerasimenko, fotografiado por la sonda «Rosetta».
El 6 de agosto de 2014 la sonda «Rosetta» quedaba satelizada en torno del cometa Churyumov y el 12 de noviembre, a las 8 h 35 min (Greenwich), dejó caer en el mismo, desde una distancia de 22'5 km, el vehículo explorador «Philae», que se posó suavemente (unos 3 km/h) a las 15 h 35 min. Por vez primera, el suelo de un cometa es analizado.

Problemas. «Philae» no disparó los astiles que debían aferrarse al suelo del cometa para sujetar la nave y, pese a su ínfima velocidad, la misma saltó a casi 2 km al chocar con la superficie del cometa para caer, tras botar una segunda vez, a más de un kilómetro del lugar previsto. El explorador quedó sujeto con tres tornillos al suelo, tantos como patas tiene, y en un «desnivel» que reduce a menos de un par de horas la exposición a la luz de su pila solar o fotovoltaica frente a las siete necesarias para la recarga de sus acumuladores.


¿El fin de «Philae»? Los males que comprometían el éxito del explorador tenían dos causas principales: sujeción al suelo y luz insuficientes. La última resultó fatal y a las 0 h 36 min del 15 de noviembre transmitió su última señal. No obstante, antes de agotar sus baterías (3 de 32W), practicaría un taladro en el suelo del cometa para estudiar su estructura y analizar su composición. El cometa se aproxima al Sol y los técnicos no quitan toda esperanza de conseguir reactivar a «Philae», en el verano de 2015.

Países participantes. En el diseño y la construcción de «Philae» han participado 13 países, todos europeos: Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Holanda, Hungría, Italia, Irlanda, Polonia, Reino Unido y Suiza, miembros de la Unión Europea, excepto el último.

ANEXO: EL DESPERTAR DE «PHILAE»

A las 22 h 28 min del 13 de junio de 2015, la estación de la ESA en Darmstadt captó una señal transmitida por la «Philae», de unos 85 segundos de duración y a unos 205 millones de kilómetros del Sol, entre las órbitas terrestre y marciana. Con la aproximación del cometa al Sol aumentó la exposición a la luz de su pila solar y la recarga de la misma comenzó hace cosa de una semana (requiere unos 6W para funcionamiento de mínimos y 19 para comunicarse con la Tierra).

Está previsto que el cometa se acerque hasta unos 186 millones de km del Sol (13 de agosto) y que «Philae» siga transmitiendo datos hasta septiembre, cuando la temperatura (45 ºC bajo cero) y luz insuficiente le sumirán, ahora sí, en un silencio perpetuo.