18 de marzo de 2014

Suecia y Finlandia planean entrar en la OTAN

Ensign Marc Schron
Los acontecimientos en Ucrania han representado una llamada al reforzamiento y revitalización de la OTAN en Suecia y Finlandia. En efecto, estos países proponen su adhesión a la Organización para hacer frente a la «crisis de confianza» ocasionada por la incorporación de Crimea a Rusia y la supuesta amenaza de este país en el Báltico. Asimismo, ambos gobiernos decidieron aumentar sus gastos en defensa.

Esta postura sorprende en dos países que, especialmente Finlandia, no están dispuestos, en apariencia, a poner en peligro su economía encareciendo los presupuestos militares. Rusia no desearía bajo ningún supuesto la entrada de Finlandia en la OTAN, país que durante la «guerra fría», cualesquiera que hayan sido los gobiernos, ha continuado una política de absoluta neutralidad con respecto a los bloques militares, incluso en el terreno económico, y de buena vecindad con la Unión Soviética (Finlandia fue el único país no socialista que concertó con el COMECON, contraparte soviética de la Comunidad Económica Europea, un acuerdo de cooperación).

En 1992 Finlandia y Suecia solicitaron oficialmente el ingreso en la Comunidad Europea, a la que se adhirieron en 1995, pero sin incorporarse a la OTAN para salvaguardar su política de neutralidad. Los partidos gobernantes en los mismos se muestran ahora favorables a tal integración. Sin embargo, ambos desean que la decisión sea objeto de referéndum y parece muy difícil que los votantes finlandeses se pronuncien a favor de la entrada de su país en la OTAN.

Las discrepancias entre Suecia y Rusia, sin frontera común, engloban intereses materiales concretos, como la isla sueca de Gotland, a unos 300 km de Kaliningrado. En marzo de 2013 hubo un periodo de alarma ante unos simulacros en que se ejercitaban las fuerzas armadas rusas para un ataque a Suecia, alcanzando notoriedad el vuelo de media docena de cazas Sukhoi 27 y bombarderos Tupolev 22M en las inmediaciones del espacio aéreo sueco. No obstante, el más grave incidente diplomático tuvo lugar en octubre de 1981, cuando un submarino soviético encalló en aguas jurisdiccionales suecas, en la proximidad de la base naval de Karlskrona, en misión de espionaje o minado nuclear.

Fuerzas armadas. El material con que cuenta Finlandia ha sido generalmente de procedencia soviética, aunque en las últimas décadas se abastece en occidente. Suecia siempre trató de abastecerse de producción propia, con o sin patentes extranjeras, y su mayor éxito ha sido la aviación, pero con modelos de corta exportación. El último de ellos, el JAS 39 «Grippen», es una alternativa económica al más grande, caro y complicado «Eurofighter».

En sus elementos esenciales, la plantilla de material de Suecia queda constituida por 120 carros de combate «Leopard 2A6» y, en la reserva, 160 «Leopard 2A4». Su aviación de combate se compone de 80 cazabombarderos «Grippen C/D» y 50 «GrippenA/B», los últimos en la reserva.

Finlandia cuenta con 100 «Leopard 2A6» y una reserva de otros tantos «Leopard 2A4» y 70 T-55M, estos obsoletos. En aviación de combate dispone de 62 F-18C/D «Hornet», pero se tratan de cazas puros, sin la capacidad de ataque a superficie de los aviones australianos o españoles.

Ambos países tienen armadas muy pequeñas, meras fuerzas defensivas costeras (los buques más grandes son nueve corbetas suecas y los ocho finlandeses clases «Hamina» y «Rauma» tienen el peso de un barco patrullero).