9 de mayo de 2014

Mercenarios americanos en Ucrania

US Department of Defense
Kiev no confía en su Ejército y en los últimos meses improvisó un cuerpo de tropa con voluntarios («Guardia Nacional») que, habiendo acompañado en gran parte a los jefes rebeldes en la Plaza Maidán, constituye ahora una especie de «guardia de corps» para la custodia del nuevo gobierno. Ahora existen dudas razonables sobre una guerrilla de mercenarios organizada en occidente y puesta al servicio de Kiev para atacar a la población en Ucrania oriental.

El día 29 de abril el Servicio Federal de Inteligencia alemán informó a su gobierno, según un periódico de este país («Bild am Sonntag»), que una parte de las tropas ucranianas comprometidas en el empeño de sofocar el movimiento de insurrección o independencia en Ucrania oriental eran mercenarios pertenecientes a «Academi» (antigua «Blackwater»).

Las sospechas sobre una guerrilla de mercenarios organizada por «Blackwater» y puesta al servicio de Kiev, que con o sin uniformes ucranianos hacían entradas y correrías en provincias rebeldes, ya había sido denunciada a comienzos de abril por organismos judiciales alemanes, pero Callie Wang, portavoz de «Blackwater», negó la participación de la misma en las supuestas acciones mercenarias en Ucrania y culpó del infundio a... «blogueros» irresponsables.

Las condiciones materiales y humanas del Ejército ucraniano son muy malas, el país está en la bancarrota financiera y la insurrección en Donetsk, Lugansk, Slaviansk y otras ciudades en la cuenca carbonífera de Dobass obligó a Kiev a volver a adoptar el reclutamiento abandonado en 2013 por el destituido presidente Yanukóvich, pero con poco o ningún éxito. En este orden de cosas, el recurso a mercenarios no reviste sorpresa. Otro asunto es quien aporta el dinero necesario para organizar y sostener esta fuerza mercenaria.

Ordinariamente, la guerrilla mercenaria no combate como infantería de línea y su presencia —o la de otra fuerza subsidiaria— en Ucrania hace más fácil de explicar las correrías en hospitales de Ucrania oriental para asesinar a insurgentes heridos o la matanza en Odessa de más de un centenar de civiles desarmados opuestos al régimen de Kiev.