23 de junio de 2014

Ucrania: Polonia desconfía de todos

Ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia
La opinión se conforma por la apariencia y esta no se ajusta necesariamente a la realidad. Tal parece ser ahora el caso de Polonia respecto de la crisis en Ucrania. Durante una conversación telefónica con el primer ministro polaco Jacek Rostowski, se sobreentiende que grabada clandestinamente, el ministro de Asuntos Exteriores Radoslaw Sikorski desconfía de Estados Unidos y advierte que Polonia se dirige «hacia un conflicto con los alemanes y los rusos».

Radoslaw Sikorski, cuya política exterior parece seguir fielmente la pauta impuesta por Washington, negoció como ministro de Defensa (2007) pactos bilaterales con Estados Unidos (despliegue de proyectiles antimisiles) y consolidó cierto dominio militar norteamericano en Polonia con el uso de bases militares de este país.

Tras hacerse los «rebeldes de Maidán» con el poder en Ucrania, Polonia acentuó una política de inteligencia con Estados Unidos que, tras la respuesta de Moscú en Crimea, proclamaba un freno enérgico de las «ambiciones expansionistas» de Rusia. En consecuencia, Polonia y Estados unidos estrecharon relaciones y en los meses subsiguientes la política exterior polaca descansó fundamentalmente en esta «alianza» y la OTAN, que con la ridícula preocupación de una posible guerra con Rusia garantizaba la integridad territorial de Polonia como miembro de la organización.

Pues bien, ahora la revista polaca «Wprost» publica una noticia en la que da a conocer la conversación anteriormente citada y en la que el ministro Sikorski declara a su interlocutor: «La alianza entre Estados Unidos y Polonia no vale nada y sólo crea una falsa ilusión de seguridad. La realidad es que nos dirigimos hacia un conflicto con los alemanes y los rusos. Somos unos auténticos pardillos». ¿Hay acaso un sentido premonitorio o de amenaza futura a Polonia, víctima reiterada de las ambiciones alemana y rusa?

Aunque sin revelar que personalidades o personajillos están detrás de la grabación, la misma no ha sido refutada por el Gobierno polaco y en cualquier caso da idea de las implicaciones y peligros que rodean la crisis de Ucrania, donde europeos y norteamericanos apoyan a un gobierno que comete crímenes de guerra sobre los que pasa de largo el periodismo occidental.

En fin, Polonia puede decir y hacer lo que quiera: los verdaderos dueños de la situación siguen siendo los alemanes y norteamericanos, con los polacos —y otros europeos— que se dejan estafar fácilmente.

¿Y si el problema es Alemania?Durante los últimos años, el gobierno de Alemania parece que se considera como único representante de la totalidad de la Unión Europea, y la llamada «doctrina Merkel» ha creado una crisis de confianza entre los países miembros, especialmente tras la «tragedia griega», económicamente muy sospechosa (el índice CDS de este país, que mide más o menos su solvencia, aumentó de 7 a 5 300 en... ¡sólo cuatro años!).

También se pueden argüir los casos de España, Francia e Italia, que con Alemania forman los «Cuatro grandes del euro» y cuyos esfuerzos se sospecha ahora iban dirigidos a preservar Alemania de la crisis (esto es, la rigidez de la canciller Merkel en el orden económico procede de sus preocupaciones nacionales que no del conjunto de la Unión).

Dejando aparte fórmulas semánticas, como «coexistencia pacífica», Alemania considera a Rusia enemigo secular de Europa y, en la práctica, rechaza la posibilidad de estrechísimas relaciones diplomáticas y económicas entre Bruselas y Moscú. Las razones de la Unión Europea para avanzar sobre Ucrania no proceden, pues, de la idea de una unidad de Europa, sino más bien de la necesidad imperativa de hacerlo para completar las políticas exteriores de Alemania y Estados Unidos, que coinciden en la necesidad de anular militar y económicamente a Rusia.

En 2013 un político británico opinó que Alemania quiere obtener con la «zona euro» lo que no consiguió con las divisiones «panzer». Por supuesto, se trata de un dicho gracioso, pero al parecer fundamentado; y los polacos lo saben.