9 de julio de 2014

«Titanic»: el fraude del «Olympic»

US National Archives
El hundimiento del transatlántico «Titanic» (15 abril 1912) se considera uno de los mayores desastres marítimos en tiempo de paz. Sin embargo, caso de confirmarse una hipótesis ya establecida en los años 60, este naufragio también podría ser el mayor fraude naviero conocido y cuyo protagonista sería el «Olympic», buque de pasaje emblemático y por entonces más famoso de la naviera «White Star Line».

La competencia entre «White Star» y «Cunard», principales líneas británicas de vapores transatlánticos, había dado lugar a los mayores barcos de pasaje de todos los construidos hasta su tiempo: «Olympic» (1911), «Titanic» (1912) y «Britannic» (1915), fabricados en los astilleros Harland and Wolff de Belfast (Irlanda del norte) para la «White Star». La construcción de estos buques, con un rendimiento económico muy discutible, había sido estimulada por el Gobierno británico con razones propagandísticas (prestigio nacional) y militares (auxiliares para su marina de guerra).

El «Olympic» hizo su viaje inaugural el 14 de junio de 1911 y el 20 de septiembre chocó con el buque de guerra británico «Hawke». El abordaje obedeció a culpa por parte del capitán del transatlántico, Edward J. Smith (1850-1912), y la sociedad aseguradora no respondió de los daños. La documentación gráfica del accidente indica daños importantes en el casco, algunas de sus cuadernas, un eje motriz y otros que, acaso, pudieron provocar un abatimiento de la quilla (ángulo que forma la misma con la dirección de la nave), problema de difícil solución y especialmente importante en un buque muy largo.

Con el «Olympic» averiado y el «Titanic» sin terminar, la naviera de estos buques quedó económicamente comprometida y la reparación del primero podía abocarla a la bancarrota financiera. Parece ser que el problema no era tanto el coste de reparar el casco (carenado) como la durabilidad del buque, muy disminuida a consecuencia del accidente. Así, sus propietarios corrían el riesgo de no poder cubrir los gastos de amortización e interés del capital invertido en el «Olympic».

Botadura del casco 401 («Titanic»), sin diferencias substanciales con el 400 («Olympic»), en los astilleros de Belfast (31 mayo 1911).
En octubre el «Olympic» queda varado en el dique de Belfast para los servicios necesarios de reparación y se acortaron los plazos de entrega utilizando un eje de hélice y otras piezas del «Titanic», botado en mayo de 1911 y sin terminar. El «Olympic» reanudó sus servicios de línea en noviembre y los datos vinieron a confirmar los pronósticos pesimísticos: había perdido parte de sus ventajas, incluida una escora de 2º, y a corto plazo el buque podría no ajustarse a las normas sobre la seguridad de los buques estipuladas por las sociedades de clasificación (coorporaciones aseguradoras).

Por excelente que fuese el plan de un fraude, el éxito dependía en gran medida de juntar las naves en un mismo dique sin levantar sospechas y coordinar sus salidas tras reparar a una («Olympic») y terminar la otra («Titanic»). Tales condiciones se darían en febrero de 1912: el «Olympic» perdió dos palas de su hélice de babor y regresó al dique de Belfast. La reparación fue inusualmente larga y nuevamente se utilizaron elementos del «Titanic» como piezas de substitución, por lo que la terminación de este se retrasó al 31 de marzo.

En opinión de algunos investigadores, fue entonces cuando se intercambiaron nombres y apariencias entre ambos barcos: el «Olympic» se disfrazó como «Titanic» para forzar el hundimiento del primero y recibir del asegurador el importe del valor del segundo.

El «Titanic» hizo las pruebas de mar el 2 de abril: se excluyó la de «velocidad máxima» (unas 78 rpm) y durante la de parada intempestiva («atrás toda») el buque tembló en toda su longitud. El mismo día zarpó para Southampton con tripulación reducida (120), que se completó en esta ciudad (los tripulantes de un transatlántico no eran permanentes y la mayoría embarcaba pocas horas antes de zarpar). El buque quedó al mando del capitán Edward J. Smith y el primer oficial Henry Wilde (1872-1912), ambos venidos del «Olympic».

El «Olympic» (izquierda) y el «Titanic» (derecha) en los astilleros de Belfast (marzo 1912), durante la reparación del primero y la terminación del segundo.
Una huelga del carbón inmovilizó a muchos buques, pero el «Titanic» pudo emprender su viaje con el combustible retirado de otros barcos. Embarcaron unas 2 200 personas, incluida la tripulación, pero medio centenar de pasajeros de primera clase cancelaron su pasaje, entre ellos el financiero norteamericano John Piermont Morgan (1837-1913), propietario de la «White Star». El «Titanic» zarpó para Cherburgo (Francia) el 10 de abril y llegó a Queenstown (Irlanda) el día 11, desde donde viajó a Nueva York.

El «Californian». Cinco días antes, el «Californian», buque mixto (carga y pasaje) de 6 200 t propiedad de «Leyland Line» y esta a su vez de John P. Morgan, salió para Boston con el combustible necesario y sin pasaje pese a la citada huelga del carbón. La segunda noche del 14 de abril, so pretexto de bancos de hielo, se detuvo en el área donde el «Titanic» habría de hundirse (este doblaba en velocidad al «Californian» y por esas horas la separación entre ambos era cosa de 30 millas).

El hundimiento. A las 23 h 40 min el «Titanic» chocó con un «iceberg» y a las 2 h 20 min se fue a pique. El «Californian», a unas 12 millas, pudo prestar rápida ayuda, pero no lo hizo por circunstancias poco claras y el primer barco que apareció en escena fue el transatlántico mediano «Carpathia», de la «Cunard Lines», hacia las 4 h 20 min. Según algunos tripulantes o pasajeros del «Carpathia», uno de los botes rescatados llevaba el nombre «Olympic». Perdieron la vida unos 1 500 de los 2 200 pasajeros y tripulantes.

La comisión investigadora británica («comisión Mersey») concluyó que el accidente fue consecuencia de una velocidad, vigilancia y evacuación inadecuadas. Incomprensiblemente se exculpó al capitán Edward Smith, que murió en el naufragio, y se reprobó públicamente al capitán del «Californian», Stanley Lord (1877-1962), al que se le quiso hacer pagar culpas por las graves pérdidas en vidas. Sin culpables aparentes y el buque dado por perdido, la «White Star» recibió del asegurador el importe del valor asegurado: 1 millón de libras (unos 84 millones de hoy en día).

El «Titanic» durante su viaje inaugural (10 abril 1912) es arrastrado por un remolcador en el puerto de Southampton. Se deja ver en la proa 16 claraboyas, que eran las que tenía el «Olympic», frente a las 14 del «Titanic» (véase fotografía de la botadura del mismo).
El final de los barcos «Olympic». Tras un motín a bordo (24 abril) y la pérdida de pasaje, el «Olympic» (el «Titanic» según la hipótesis del fraude) se inmovilizó durante más de seis meses para reformas conducentes a la mayor seguridad de la embarcación (dotación de 68 botes salvavidas, mamparos en la proa más altos para limitar la inundación en caso de colisión y casco reforzado). Sirvió como buque auxiliar de la Armada británica durante la I Guerra Mundial y en la posguerra continuó como buque emblemático de la naviera prácticamente hasta que fue retirado del servicio para su desguace (1935). El otro buque de la clase y el más grande de todos, el «Britannic», sirvió como buque hospital y fue hundido por una mina en el mar Egeo (1916).

El descubrimiento. El buque naufragado fue descubierto el 1 de septiembre de 1985, tras una operación militar poco clara, al parecer relacionada con la desaparición en 1968 del submarino nuclear «Scorpion». El buque está a 3 820 m de profundidad, 650 km al SE de Terranova, y roto en dos mitades separadas entre sí unos 600 m. Algunas partes tienen el aspecto del «Olympic» y se ha descubierto pintura gris en el casco, que nunca gastó el «Titanic», pero sí el «Olympic», concretamente durante su botadura para obtener imágenes más visibles del casco en las fotografías de los periódicos de la época. Hay dudas razonables sobre visitas furtivas anteriores al descubrimiento y no necesariamente para apoderarse de los bienes de los náufragos.