9 de agosto de 2014

Rusia intercepta un submarino de la OTAN

US Department of Defense
El 7 de agosto se ha producido en el mar de Barents (al N de Noruega y la Rusia europea) la aparición de un submarino nuclear de la OTAN que se acercó al mar inmediato a Rusia. Estas visitas clandestinas se están transformando en una preocupación de primer orden, con tendencia a aumentar aún más en importancia, como consecuencia de la evolución de la situación en Ucrania y el ataque al «status quo» en Asia oriental y Sudamérica.

En los límites de las aguas de Rusia, según anunció hoy el Kremlin, buques y aviones de este país hicieron retroceder a un misterioso submarino nuclear sin tener que abrir fuego. Al parecer de Moscú, se trataba de un buque norteamericano clase «Virginia». A pesar del sensacionalismo con que ha sido recibida su presencia por parte de la prensa rusa, se puede decir que es un suceso vulgar. Sin embargo, la problemática actual de estas visitas furtivas es muy grande debido a dos factores esenciales: la crisis de Ucrania y un accidente fatal que podría llegar la guerra a Europa.

Una detección sospechosa. Los sonares y aparatos de detección rusos de submarinos en inmersión han aumentado substancialmente sus alcances y eficacia, pero la elevada velocidad en inmersión del submarino clase «Virginia» y su motor muy silencioso le hacen prácticamente invulnerable a la vigilancia y la acción de las fuerzas navales de superficie o aéreas rusas.

Así, siendo al parecer tan fácil la localización de un submarino capaz de detectar a los buques de superficie sin que éstos le detecten a él, y supuesto que tenía misión de espionaje, es probable que servía como cebo a la defensa rusa mientras se introducía en sus aguas el verdadero submarino espía, táctica muy utilizada por las marinas de la OTAN.

¿Una acción de la OTAN? En el sutil juego de la propaganda, esta noticia irrelevante ha sido ampliamente difundida por la prensa rusa para apoyar la idea de una «política internacional expansionista» de la OTAN por su continuada presencia en todos los mares del mundo. Sin embargo, es probable que Bruselas no tuviera noticia de esta aventura submarina norteamericana en el mar de Barents (en el momento actual la política de la OTAN ha perdido en parte su unidad, al surgir discrepancias importantes entre la política de Estados Unidos y la de la Unión Europea para enfrentar el problema ruso).

Christina M. Shaw
El «Virginia» de la Armada estadounidense, submarino nuclear de ataque alistado en 2004 y el primero de su clase. La construcción de un buque de este tipo requiere 6 o 7 años y tiene una durabilidad de entre 30 y 35 años.
Submarino clase «Virginia». Submarino de ataque de propulsión nuclear; mide 115 m de eslora, 10 m de manga, desplaza 7 900 t, puede navegar a más de 30 nudos en inmersión y va armado con una treintena de misiles tipo «Tomahawk» y torpedos Mk-48. Estados Unidos dispone en la actualidad de 11 submarinos de esta clase (SSN-774 a 784) y otros 4 en construcción. Para la década de 2040 se prevé aumentar el número de submarinos tipo «Virginia» a 30 y se encuentra en fase de desarrollo un programa de modernización para alargar la durabilidad de los últimos buques hasta el año 2070. El coste de cada submarino se ha estimado en unos 2 700 millones de dólares, excluidos misiles y torpedos, y los gastos de las operaciones durante un año es de unos 50 millones por buque.

Estados Unidos posee 64 submarinos nucleares frente a unos 34 de Rusia. A saber: 56 de ataque o SSN (42 clase «Los Ángeles», 3 «Seawolf» y 11 «Viginia») y 22 con misiles balísticos intercontinentales o SSBN (clase «Ohio»), dícese que 4 de estos transformados en lanzadores de misiles de crucero (SSGN).