ABC/Reuters
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Moscú ha patrocinado la mayor operación de ayuda a los afectados por la guerra en Ucrania oriental, que ya ha causado más de 1 100 muertos y 3 400 heridos entre la población civil. Debido a las guerrillas existentes en el país y la abundancia de armamento antiaéreo, el suministro de alimentos a los alrededor de 480 000 sitiados en Lugansk tiene que llevarse a cabo a través de carreteras, con el fin de cumplir el objetivo propuesto de repartir 1 500 t de alimentos y medicinas. Sin embargo, la manifiesta desconfianza de Kiev, Bruselas y Washington impiden canalizar esta ayuda sin una supervisión internacional.
Dudas razonables. A pesar de sus aparentes elevados propósitos, esta ayuda es militarmente sospechosa. En la guerra la logística adquiere enorme importancia y se cree que Rusia intenta transportar los elementos necesarios a las unidades rebeldes que los precisan, en el lugar exacto y en el momento oportuno para evitar una inminente derrota (Donetsk está aislado y se va estrechando el corredor que comunica Lugansk y Rusia).
Golpe a Kiev. La estrategia del Ejército ucraniano, en un claro ejercicio de crimen de guerra, consiste en encerrar a los rebeldes en sus ciudades y reducir estas por el hambre, la privación de las más urgentes necesidades y el terror. Así, esta ayuda de Rusia (cereales, material médico, equipos electrógenos) puede ir destinada a la rehabilitación y recuperación de los sitiados, con la influencia en la duración y resultado de la guerra.
Recelo europeo. Dejando aparte opiniones subjetivas y propósitos invisibles, parece evidente que un ataque a este convoy eliminaría todas las trabas a un avance militar ruso en la región para proteger a sus minorías. Entre los países de la Unión Europea, alarmados por la concentración de tropas rusas en la frontera ucraniana (entre 20 y 40 000 soldados), cunde el temor de que la expansión rusa se extienda a Donetsk y Lugansk y la reacción de Francia ante este transporte de ayuda humanitaria es la de prohibir el paso del mismo.
Actualización
El 21 de agosto la ayuda humanitaria llegó a Lugansk y al día siguiente los camiones que la transportaban regresaron a Rusia, sin incidentes. Esta acción unilateral, sin cooperación de la Cruz Roja Internacional y calificada de violación de la soberanía de Ucrania, puede retrasar o incluso detener una derrota casi inevitable de los rebeldes.
Al mismo tiempo, efectivos militares de Rusia se encuentran alineados al lado de la frontera ucraniana y la OTAN denunció una peligrosa escalada en el suministro de armamento a los rebeldes por parte de Moscú.
Actualización II
El
16 de noviembre entró en Ucrania el séptimo transporte de «ayuda
humanitaria» ruso, pocos días después de que Kiev y la OSCE
denunciaran la entrada en Lugansk de casi medio centenar de
autocamiones con cohetes y artillería. Si el primer transporte de
ayuda humanitaria tuvo lugar en el momento oportuno para evitar una
inminente derrota rebelde, los últimos pueden ir destinados a un
contraataque que restituya en favor de los «rebeldes» las fronteras de
Lugansk y Donetsk. Al mismo tiempo, la inestabilidad y revueltas
interiores pueden dar pretexto a Rusia para su intervención directa, sin
disfraces, convirtiendo a estas provincias ucranianas rebeldes en «protectorados» para más tarde anexionarlas con el artificioso nombre de «Nueva Rusia» (a la práctica ya han sido incorporadas a la soberanía rusa, pues en ellas existen autoridades propias que la ejercen).
A mediados de noviembre, la concentración de tropas rusas en la frontera europea hace creer en un avance militar ruso en Ucrania oriental y Naciones Unidas se muestra alarmada por la conflagración internacional que viene incubándose desde hace meses por la intervención de Moscú en la Guerra Civil ucraniana (véase «Rusia planea invadir Ucrania»).
A mediados de noviembre, la concentración de tropas rusas en la frontera europea hace creer en un avance militar ruso en Ucrania oriental y Naciones Unidas se muestra alarmada por la conflagración internacional que viene incubándose desde hace meses por la intervención de Moscú en la Guerra Civil ucraniana (véase «Rusia planea invadir Ucrania»).