21 de septiembre de 2014

«Psicofonía»: la verdad sobre Jürgenson

Renitor
Se trata de un fenómeno más o menos probado desde los años 70 y origen desconocido, bien que es idea vulgar asociarlo con comunicaciones con seres inmateriales y otras hipótesis espiritistas sin fundamento. Para muchos el artista Friedrich Jürgenson es la persona que inicia la investigación de la «psicofonía» o «voz electrónica» (EVP), pero la realidad es que su gusto por lo sobrenatural perjudicó el estudio de este fenómeno con hipótesis formadas con la fantasía.

Pintor, cantante y cineasta, F. Jürgenson realizaba paseos solitarios por el campo armado de un grabador en el que iba registrando sonidos de pájaros. En junio de 1959 reparó en unas voces humanas durante la reproducción de una grabación realizada en un bosque de Mölnbo (Suecia). Las voces se repetirían en grabaciones posteriores y los estudiosos aseguran que la primera de ellas se trató de un hecho enteramente casual, pero tal afirmación no se ajusta a la realidad.

Friedrich Jürgenson (1903-87) debe la fama a sus libros sobre «psicofonías». Nació en Odessa (Ucrania), hijo de un médico estoniano de ascendencia danesa y madre sueca. Extremadamente sensible, cultivó la pintura y la música en su ciudad natal, más tarde en Estonia (a donde se mudó con sus padres en 1925) y finalmente Berlín. En 1932 pasó a vivir en Palestina y en 1938 en Milán, en ambas como cantante lírico y pintor. Habiéndose trasladado a Estonia para visitar a sus padres (1943), un grave enfriamiento acabó con su carrera de cantante y se dedicó a la pintura. En ese mismo año se mudó a Estocolmo, donde contrajo matrimonio y adquirió ciudadanía sueca. Para entonces ya habla una decena de idiomas y se hizo notar como retratista de las figuras de las élites económicas de Suecia. Sus retratos y obras de tema histórico (Pompeya) le valieron la atención de Roma y en los años 50 pintó «La ciudad de los muertos» (Catedral de San Pedro) y varios retratos de Pío XII.

¿Grabación casual? En esta época empezó a dejarse llevar por su propio mundo imaginario de estilo fantástico, desvío habitual en personas de talento. Prendado por todo lo misterioso y sobrenatural, leía libros sobre ocultismo y tal gusto por lo portentoso le llevó a interesarse por las ideas más fantásticas. En 1957, tras adquirir un magnetófono para entrenar la voz, creyó oír en sus grabaciones mensajes crípticos del espacio exterior o el ultramundo. Fantasía o alucinación, buscó registrar estos mensajes imaginarios y el 12 de junio de 1959 creyó encontrarlos al reproducir una grabación realizada en un bosque deshabitado, en la que ruidos, sonidos de trompeta y voces humanas se sobreponían al canto de los pinzones, supuesto objeto de la grabación. Puesta esta a la consideración de la Sociedad Parapsicológica de Estocolmo y el Instituto de Friburgo, se sospechó de un fraude.

CDC
Friedrich Jürgenson, cantante, pintor y cineasta, descubrió y se obsesionó con el supuesto fenómeno de la «voz electrónica» (EVP) o «psicofonía».
Colocado al borde de un colapso nervioso, hubo de abandonar sus estudios por un tiempo. A pesar de su reciente tensión emocional, se entregó a un trabajo obsesivo y publicó su primer libro, «Voces del Universo», en 1964. Ya no se trataba sólo de registrar mensajes de entes del ultramundo sino también de comunicarse con ellos y, dice que a indicación de los mismos, enlazó su grabadora con una radioreceptor ajustado a una frecuencia de 1485 kHz (entre los aficionados, «frecuencia Jürgenson»).

El catedrático de psicología Hans Bender, tras unas pruebas en el Instituto Alemán de Física de Northeim, reconoció la existencia del fenómeno, pero sin poder concretar su origen. En 1965 el filósofo letón Konstantin Raudive (1909-74) se unió a Jürgenson en sus investigaciones y ambos creyeron entrar en comunicación con seres inmateriales o «espíritus», en especial las almas de los difuntos.

En 1966 tuvo su primera experiencia cinematográfica con un documentario para la Televisión sueca («La decadencia de Pompeya»), al que le seguirían «La tumba de Pedro», «El milagro de la sangre de San Genaro» y «Todos quieren ver al Papa». Sin embargo, la «psicofonía» siguió vertebrando sus inquietudes y en 1968 publicó su tercer libro, «Contactos radiofónicos con los muertos». Esta inclinación al espiritismo no fue un obstáculo para recibir del papa Pablo VI la distinción «Commendatore di San Gregorio Magno» por sus trabajos cinematográficos y pictóricos.

En 1970 se mudó a la pequeña población de Höor (Skane) y vivió sus últimos años dedicado al estudio y divulgación de la «psicofonía». En 1978 escribió «Audioscopic investigation», donde la televisión substituye al aparato de sonido, y su última entrevista televisada fue en 1985. Murió dos años después en Estocolmo.


ANEXOS

Grabadores. Los investigadores mejor preparados utilizaron magnetófonos profesionales, especialmente el tipo UHER 4000 «IC» o 4200 «Stereo», alternativa económica al más caro y complicado Kudelski «Nagra». Ambos superaban las posibilidades del investigador aficionado y la mayoría utilizó grabadores domésticos de casete. El mal resultado de los últimos no ha mejorado con la vulgarización del grabador digital «doméstico» (la compresión perjudica la calidad).

Renitor
El magnetófono profesional, con los oportunos elementos subsidiarios, es el mejor aparato para el estudio de la «psicofonía», pero desde la década de 2000 no se fabrican cintas magnéticas ni piezas de substitución para este tipo de grabador.
Hipótesis. Los sonidos audibles tienen una frecuencia comprendida entre 20 y 20 000 vibraciones por segundo o hercios (Hz), bien que en personas entradas en años el límite superior se reduce a 12 000 o menos. Sin embago, la «psicofonía» tiene la característica común de ser inaudible, incluso para el oído más joven y mejor entrenado.

Como la cabeza grabadora es un electroimán especial y la cinta magnetofónica tiene una capa de material de propiedades magnéticas, la hipótesis principal era la interferencia electromagnética, pero perdió mucha fuerza tras unas pruebas específicas en los años 70. Por supuesto, la gran mayoría de las «psicofonías» son el resultado de una cabeza grabadora mal colocada o degradada, imperfecciones de la cinta magnetofónica (elevado nivel de ruido) y el motor eléctrico que acciona las ruedas motora y de almacenamiento. Sin embargo, unas decenas se registraron con grabadores y micrófonos de la mejor calidad, cintas en condiciones y buen aislamiento del conjunto (en 1971 técnicos británicos no acertaron a explicar las más de 200 voces registradas en unas pruebas realizadas en los estudios de sonido «Gerrard's» y «Belling Lee»). Hipótesis como la ventriloquia no merecen consideración.

«Psicofonía» en España. Los primeras investigaciones españolas corresponden a German de Argumosa, divulgador de los trabajos de Raudive (1971), y Sinesio Darneli, autor del primer tratado español sobre la materia («Voces sin rostro»). Los que les siguen se limitan a imitarlos, sin avances substanciales.

Uno de los estudios preparado con el mayor lujo de detalles fue el del CDC (Centro de Documentación Católico). Para el mismo no valían interpretaciones subjetivas (la autosugestión puede transformar ruidos en sonidos) y la «voz electrónica» candidata debía ser clara y nítida, sin grabación condicionada («cortes de frecuencia» y otros) ni refinamientos posteriores para su audición (tratamiento de la señal). Tales limitaciones redujeron a 9 las 27 grabaciones conseguidas, al parecer en un intervalo de tiempo de tres o cuatro años, y el informe relativo a las mismas concluye así: «fraude o susceptibilidad a la sugestión».