19 de octubre de 2014

La cara oculta de Edgar Hoover

Library of Congress
John Edgar Hoover, socio de la masonería y dotado de una mente rigurosamente lógica, hizo famoso al «Federal Bureau of Investigation» (FBI) y se le ha considerado el mejor director de esta institución policiaca. Sin embargo, aparecen dudas razonables sobre una mente más bien impetuosamente enfermiza, un homosexual aficionado al travestismo que hizo del chantaje un instrumento de supervivencia política.

Se dice que Edgar Hoover nació el 1 de enero de 1895 en Washington, pero su partida de nacimiento no se escribió en el registro civil hasta 1938, cuando ya era director del FBI. Huérfano de padre en 1921, convivió con su madre hasta la muerte de ésta (1938) y nunca abandonó su ciudad natal. En 1916 se licenció en Derecho por la Universidad George Washington, en 1917 pasó a trabajar en el Departamento de Justicia, en 1920 recibía el nombre de «Maestro Masón» en una logia de Washington, en 1924 fue nombrado director del organismo de investigación del Departamento de Justicia, el «Bureau of Investigation» (BOI), y en 1935 del FBI, que él mismo fundara.

Desde esa organización desarrollaría una acción policial casi secreta, que el presidente Harry Truman (1884-1972) describió como una «institución policiaca privada», con las desviaciones sexuales como instrumento de chantaje. Estas investigaciones se extendieron no sólo sobre disidentes políticos sino también sobre funcionarios públicos (Congreso, Senado, Fuerzas Armadas) y alcanzó casos en los que la nación no podía encontrarse interesada, como las amantes de Anna Eleanor Roosevelt (1884-1962), esposa del presidente Franklin Roosevelt (1882-1945).

Información es poder y Hoover supo administrarla para sobrevivir a siete presidentes (Roosevelt, Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon y Ford), la mayoría de los cuales intentó sin éxito destituirle del cargo. Profundamente anticomunista y racista (incluidos los judíos), se cree que ocultó información a otros cuerpos del Gobierno federal, especialmente la «Central Intelligence Agency» (CIA), y a las comisiones investigadoras de los asesinatos del presidente Kennedy (1963), su hermano Robert y el pastor baptista Luther King (1968).

Los rumores sobre su homosexualidad aparecen en la década de 1940 y señalan a Clyde Tolson (1900-75) como su amante. Licenciado en Derecho por la Universidad de George Washington, entró en el «Bureau of Investigation» en 1928 y sólo dos años después fue nombrado director adjunto (1930), cargo que conservaría hasta la muerte de Hoover, no obstante sufrir un derrame cerebral en 1964 que deterioró su salud.

Los Angeles Daily News
Edgar Hoover y su director adjunto, Clyde Tolson, en 1939. Hoover recibió en 1955 el nombre «Soberano Gran Inspector General» (grado 33) de la Francmasonería, filiación muy común entre las élites políticas y económicas estadounidenses.
Se dice que las organizaciones clandestinas de criminales tenían pruebas de la homosexualidad de Hoover con cuya publicación se amenazó al mismo. Sea verdadero o falso, el FBI no destacó en su lucha contra la mafia implantada en Estados Unidos y algunos creen que la razón para ello hay que buscarla en la citada amenaza contra su director, que llegó a negar la existencia de las bandas organizadas de malhechores (se desdijo de esta idea en 1958, sólo tras unas encendidas críticas de la opinión pública).

Un día en el «Plaza Hotel». Susan Rosentiel, esposa del director de «Schenley Industries», Lewis Solon Rosentiel, declaró al periodista Anthony Summers, autor de «The Secret Life of J. Edgar Hoover» (1993), que por dos veces acudió con su marido y el abogado Roy Marcus Cohn (1927-86) a una orgía homosexual en una habitación del «Plaza Hotel», en 1958 y 59, en las que Hoover, vestido con ropas de mujer y tocado de cabellera postiza y maquillaje femeninos, tuvo relaciones sexuales con dos muchachos jovenzuelos, en la última mientras uno de ellos leía pasajes de la Biblia.

Periodistas e historiadores cuestionan la labor de Summers e intentan desacreditar a Rosentiel y otros testigos, pero la actriz y cantante Ethel Agnes Zimmermann (1908-1984), amiga íntima de Hoover, dijo públicamente (1978) que «todo el mundo sabía que era homosexual».

Hoover murió el 2 de mayo de 1972, al parecer de infarto cardiaco, y fue enterrado junto a sus padres en el cementerio del Congreso (Washington). Tolson recibió la bandera que cubría el ataúd, heredó el patrimonio del difunto (más de 600 000 dólares), pasó a vivir en la casa del mismo y a su muerte, en 1975, fue enterrado a pocos metros de la sepultura de Hoover. Habida cuenta de los precedentes, estas decisiones y hechos en sus últimos días hacen desconfiar de quienes niegan la homosexualidad de Hoover.

Los «archivos personales» de Hoover fueron destruidos inmediatamente después de su muerte, a instrucción de Tolson y por obra de Hellen Gandy (1897-1988), secretaria de Hoover durante 54 años. Persona muy callada y discreta, Gandy murió también soltera y sin hacer comentario alguno sobre la vida particular del fundador del FBI ni sus archivos personales.