9 de enero de 2015

Evolución del tanque: la «guerra fría»

Katrina Beeler
Durante la guerra fría sólo los países implicados en la OTAN y el Pacto de Varsovia produjeron carros de tipos importantes y en cierta cantidad. En ambos casos se buscó conjugar armamento, protección y movilidad, objetivo difícil por cuanto estas variantes son opuestas. Los modelos rusos tuvieron como característica principal la potencia de fuego; los de la OTAN, el perfeccionamiento electromagnético y superiores equipos modernos e instrucción de tripulaciones.

Las orientaciones tácticas del bloque soviético concedieron enorme importancia a las fuerzas acorazadas y pronto superó a la OTAN en la producción de material acorazado, pero ésta exageró la superioridad de las armas rusas a fin de ganar una mayor consideración a los presupuestos de defensa. A la práctica se dio una equilibrada correlación de fuerzas entre ambos bandos, incapaces de conseguir ventajas unilaterales.

La Unión Soviética desarrolló a partir del T-44 una serie de carros de bajo perfil y un peso del orden de las 40 t: el T-54 (1947) y el T-55 (1959), con cañón de 100 mm; el T-62 (1961), dotado de uno de 115 mm; y los T-64 (1967), 72 (1972), 80 (1976) y 90 (1992), armados de un cañón de 125 mm con cargador automático.

Estados Unidos creó durante la Guerra de Corea el M47 Patton (un Pershing perfeccionado), al que siguieron otras versiones mejoradas anunciadas como nuevos modelos: el M48 Patton 2 (1953), con cañón de 90 mm, y el M60 (1960), con uno de 105 mm y el más perfecto de la época en el conjunto de sus características. El modelo prototípico germano-americano MBT/KPz-70 de 50 t demostró el peligro de empeños demasiado grandes y el M1 Abrams (1980), feudatario tecnológico del anterior, resultó un vehículo más sencillo.

Angel Clemons
Un T-55 serbio, con cañón de 100/54 mm, averiado durante la Guerra Civil yugoslava. Baratos, sencillos y con malas propiedades mecánicas, los T-54/55 compusieron el grueso de los ejércitos soviéticos hasta la casi disolución del Pacto de Varsovia (1989).
Europa. Reino Unido creó en 1945 el tipo medio Centurión, pero pronto se atribuyó vehículos con coraza pesada y cañón de 120 mm: Conqueror (1955), Chieftain (1964), Challenger (1982) y Challenger 2 (1994). Alemania proveyó un buen arsenal de carros, más selecto que numeroso en la variedad: Leopard (1965) y Leopard 2 (1977), con cañón de 105 y 120 mm respectivamente. Están considerados los mejores de su época. Francia, que trató de no quedarse a la zaga, creó unos tipos medianos que no rayaron a la altura de los anteriores (AMX-30, 32 y 40), si bien parece recuperar cierto prestigio con el Leclerc (1991), de 53 t y cañón de 120 mm con cargador automático, sistema inusual en la OTAN. Italia mantuvo una pequeña industria más o menos autóctona y España se limitó a la fábrica de carros con patente extranjera. Suecia y Suiza, ajenos de la OTAN, también se adscribieron a la construcción de carros de invención foránea después de crear algunos modelos autóctonos.

Perfeccionamientos. La preocupación prioritaria en la potencia de fuego sin un fatal incremento de peso, causa del fracaso del americano M103 (1957) y el británico Conqueror, llevó al montaje de cañones lanzamisiles en el pequeño Sheridan y el M60A2, también con resultados adversos.

US National Archive
Carro T-62, básicamente un T-55 armado de un cañón de 115/55 mm (U-5T). El aumento de peso sin la oportuna reforma motriz conllevó unas malas prestaciones campo traviesa.
A la potencia de fuego, movilidad y protección, que miden el perfeccionamiento en el conjunto de las características de un tanque, se sumó en los años 60 la adaptación al combate nuclear a fin de explotar con unidades acorazadas los efectos de las armas atómicas.

En el carro de combate no se han experimentado perfeccionamientos radicales y los nuevos tipos, si bien de cada vez más perfectos, son el final de toda una generación aparecida en la posguerra. La principal ventaja de los últimos modelos sobre sus predecesores es la aplicación de las novedades surgidas en los años 70, como el telémetro de láser, que sustituyó ventajosamente al clásico telémetro óptico de coincidencia, más pesado y menos preciso, o las nuevas corazas con elementos endurecedores más eficaces. Desde la II Guerra Mundial prevaleció el acero fabricado por laminación, forja o fundición y no se introdujeron cambios sustanciales en los métodos de fabricación hasta la aparición de la coraza británica «Chobham» (1971), combinación de elementos cerámicos que aparentemente resiste la penetración de los proyectiles con una eficacia respecto al de acero de más del 120%. Sin embargo, su progreso no llegó a superar el conseguido en materia de proyectiles.

US Department of Defense
Un T-72M1 iraquí durante la Guerra de Kuwait, con proyector infrarrojo L-2AGM, morteros fumígenos de 81 mm 902A, telémetro de láser TPD-K1 y cañón de ánima lisa 2A46M. Los carros rusos logran su bajo perfil a expensas de la comodidad de la tripulación y la capacidad de transporte de munición.
El avance en ingeniería de automoción durante la posguerra afirmó la tendencia al motor diesel, más eficaz que el de gasolina a causa de su superior relación de compresión, mayor economía (total combustión del carburante a casi cualquier régimen de carga) y combustible habitualmente más barato y de mayor valor térmico por unidad de volumen. El motor alternativo con turbina de gases (Abrams) es un modelo muy compacto que ocupa menos espacio que un motor corriente de cilindros y aprovecha una gran parte de la energía que normalmente sería desperdiciada. Entre las ventajas que presenta están un motor más silencioso, inferior fatiga de sus partes y menor peso por unidad de potencia útil. Sin embargo, persisten ciertas objeciones a su empleo, como la de un elevado consumo específico. Los motores policarburantes (Chieftain, Leopard 2) tienen obvias ventajas logísticas, pero prevalece la propensión al diesel, habitualmente con sobrealimentador de tipo externo.

Producción. En contraposición al bloque soviético, que dejó la experimentación y construcción de máquinas de guerra a manos de maestranzas estatales, los carros occidentales no se desarrollaron mediante consorcios internacionales y cada país concedió preferencia a diferentes características ideales, pluralismo que originó problemas de apoyo logístico en la OTAN. La amplia participación de la industria privada en la fabricación de armamentos, los debates internos centrados en las acusaciones de corrupción económica en los negocios de industrias «militares», las limitaciones presupuestarias, los malos presagios sobre el porvenir de los carros de combate debido a la potencia de las armas creadas para batirlos y lo elevado de los costos del armamento moderno ralentizaron el desarrollo de nuevos vehículos y a finales de la década de 1980 el M60 era todavía el modelo más abundante en el Ejército estadounidense pese a que en 1979 se habían incorporado las primeras unidades del carro Abrams, más poderoso y completo que el anterior.

PHC Holmes
El británico «Challenger», con cañón de ánima rayada y munición sin engarzar, presenta baja cadencia de fuego.
Por estas fechas el carro ligero fue prácticamente desplazado por el VCI o vehículo de combate de infantería, básicamente un transporte blindado de personal dotado de armamento de apoyo de cierta consideración. Cabe citar, como uno de los más sobresalientes, el español Pizarro.

Durante la «guerra fría» los principales fabricantes de tanques fueron Unión Soviética (arsenales estatales), Estados Unidos (Chrysler) y Alemania (Krauss-Maffei), con una capacidad de producción anual del orden de 11 500, 3 000 y 1 000 carros, respectivamente, si bien en ningún caso se alcanzó tal rendimiento.

Los carros creados fuera de Europa y Estados Unidos son netamente inferiores, las más de las veces copias o transformaciones de modelos europeos, bien que algunos países han afrontado con éxito la construcción de vehículos notables, como el japonés Tipo 90 (1992), muy caro de su corta fábrica, o el israelí Merkava, que sacrifica la velocidad a favor de la protección. Los modelos chinos, en origen meras copias de modelos rusos, no están tecnológicamente muy desarrollados y fijan su importancia en el número.

Oscar Martínez
El M1 «Abrams», primer carro de serie con coraza «Chobham» y turbina de gas, es complicado y con mucha servidumbre.
Prospectiva del carro. El programa alemán NGP (Neue Gepanzerte Plattforme) y el americano FCS (Future Combat System) buscan un perfeccionamiento radical, con vehículos de 45 t de peso o menos, poca servidumbre, motor eléctrico, velocidad campo traviesa de 100 km/h, cañón electromagnético y «munición inteligente» (STAFF, Smart Target Activared Fire and Forget). Empero, se trata de programas a largo plazo y con algunos elementos exóticos de dudosa viabilidad. Partiendo de lo que la técnica ofrece actualmente al campo de la guerra no se adivina una novedad cuya aplicación señale una nueva etapa en el desarrollo del carro de combate y una tendencia observable desde hace unos años es la de reformar tipos de eficacia probada. El concepto del tanque ideal parece haberse estabilizado y la técnica constructiva sigue orientada hacia vehículos de entre 50 y 60 t, bajo perfil, cañón de 120 mm, munición perfeccionada, altos rendimientos en caballos por litro de carburante y adaptación al combate nuclear. Otra característica deseable son vehículos menos ruidosos y más económicos, si bien la utilización de productos insonorizantes incrementa costes y pesos y los combustibles futuros, como los hidruros metálicos, presentan desventajas frente al valor energético y manejabilidad de la gasolina y el gasoil. La confrontación clásica de coraza y proyectil parece decantarse a favor del último con la aparición de los proyectiles de uranio empobrecido y cañones más veloces. Finalmente, la extinción del Pacto de Varsovia ha eliminado la situación de guerra total nuclear y hay quien cree que una posible guerra futura generalizada se parecería mucho a la II Guerra Mundial. Estamos, pues, como al principio: potencia de fuego, movilidad y protección.

Krauss-Maffei Wegmann GMBH
El «Leopard 2A6», considerado el mejor, tiene su modelo más completo —y también más caro— en la versión «E», fabricada en España bajo patente.
Carros españoles. A finales de la década de 1940 las unidades acorazadas españolas quedaron obsoletas (los alemanes PzKpfw IVH y StuG IIIG, el ruso BT) y fuerza fue rehacerlas así los convenios hispanoamericanos (1953) permitieron la modernización del Ejército español. Este acuerdo proveyó las unidades españolas de 180 M24 Chaffee, 178 Walker Bulldog y unos 400 M47 Patton. En 1967 se compraron 110 M48 Patton 2 y se determinó reforzar estos con Leopard, pero Reino Unido vetó la venta (el Leopard armaba un cañón británico) y España alistó 300 AMX-30, fabricados con patente.

En los años 80 el desarrollo del carro autóctono Lince fracasó y en 1990 más de la mitad de los 900 carros españoles estaban obsolescentes (375 Patton y 164 Patton 2). Los «Equipos Limitados por Tratado» (TLE) que estableció el acuerdo sobre Fuerzas Convencionales en Europa (CFE) obligó a Estados Unidos a desprenderse de muchos de sus carros M60 y en 1992 empezaron a llegar a España, a la que los TLE fijaron un techo de 790 carros, 50 M60A1 y 260 M60A3, los primeros tanques españoles que tenían torre estabilizada para realizar fuego preciso sobre la marcha. Tres años después lo hizo el Leopard 2 A4, en número de 108, a los que empezaron a unirse a partir de 2004 otros 219 de la versión A6, fabricada en España y la más perfecta del tipo.

A imitación del conjunto de la OTAN, el arma acorazada española se va haciendo más selectiva y eficaz en cuanto a sus medios. Así, el número de carros va disminuyendo ya que se retiran del servicio en número mayor del que se adquieren, pero la calidad y normalización de los nuevos vehículos se traduce en un aumento exponencial de la aptitud destructiva. (Véase Historia del carro de combate, 1916-45.)

Características de los carros de combate de 3ª generación





«Leopard 2A6»


«Abrams A2»


«Challenger 2»

«Leclerc»

País de origen
Tripulación
Peso
Longitud (1)
Anchura
Altura
Cañón
Calibre
Ánima
Velocidad
Munición a bordo
Velocidad (3)
Autonomía
Planta motriz
Combustible
Potencia hp
Potencia a peso
Protección (4)


Alemania
4
62 t
7’7 m
3’7 m
2’4 m
Rheinmetall L/55
120/55 mm
Lisa
1 800 m/s
42
72 km/h
500 km
MTU MB 873
Policarburante
1 500 hp
24 hp
940-1960 mm

EE UU
4
69’5 t
7’9 m
3’6 m
2’3 m
M256 (2)
120/46 mm
Lisa
1 700 m/s
40
67 km/h
425 km
Lycoming AGT
Turbina de gas
1500 hp
21’5 hp
960-1620 mm

Reino Unido
4
62’5 t
8’3 m
3’5 m
2’5 m
L30
120/55 mm
Rayada
1 680 m/s
50
59 km/h
450 km
Perkins CV12
Diesel
1 200 hp
19 hp

Francia
3
54’5 t
6’8 m
3’7 m
2’5 m
CN 120-26
120/52 mm
Lisa
1 790 m/s
40
71 km/h
450 km
SACM V8
Diesel
1500 hp
27’5 hp

1) Cañón excluido; 2) Copia local del L/44 del «Leopard 2»; 3) En carretera de primer orden; 4) Estimación máxima en RHAe, «Rolled Homogeneous Armor Equivalent», frente a proyectiles de energía cinética y química respectivamente.