5 de abril de 2015

¿Por qué Islandia renuncia a la Unión Europea?

Sébastien Bertrand
El 4 de abril de 2015 el Gobierno islandés ha suspendido las negociaciones que iniciara con la Unión Europea, en 2009, orientadas a su ingreso en ella. Esta decisión, unilateral y sin consultar al Parlamento, ha sido mal recibida por la población y no preocupa a Bruselas. En efecto, esta isla volcánica, junto al círculo polar ártico, con un potencial demográfico y económico irrelevantes, sólo tiene significancia estratégica y la misma queda asegurada por su pertenencia a la OTAN.

En 2009 la Unión Europea había iniciado una primera ronda negociadora con Islandia al objeto de ir evaluando las posibilidades de éste como candidato para un tratado de adhesión, pero ahora el Gobierno islandés desiste de esta aspiración. La burocracia para promover una nueva candidatura es tal que la renuncia islandesa aleja hacia un futuro indefinido (acaso una década) la eventual incorporación de éste país. La razón para ella difiere con las fuentes: para unos, el país no cumple las condiciones necesarias para su incorporación a la Unión Europea; para otros, busca evitar el «sacrificio» de su única riqueza nacional, la pesca; y algunos van más lejos y señalan a Estados Unidos.

Islandia es socio fundador de la OTAN (1949), pero carece de ejército y confía su defensa a Estados Unidos, que usa la isla como base naval y aérea. La «crisis de confianza» ocasionada por la Guerra Civil ucraniana ha hecho surgir nuevas bases e instalaciones militares en el Ártico, donde hay numerosas islas y archipiélagos, en gran parte rusos: Francisco José, Nueva Zembla, Nueva Siberia, Tierras del Norte y Wrangel. Las excepciones son Svalbard (noruegas) y el archipiélago canadiense situado en los Territorios del Noroeste. En cuanto a los territorios de las Regiones Árticas, corresponden a Rusia (tierras de Siberia), Europa (Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia, el primero con la isla de Groenlandia), Canadá y Estados Unidos (Alaska).

Diego Delso
Islandia («tierra de hielos») es la isla mayor de Europa después de Gran Bretaña. Tiene unos 330 000 habitantes, un tercio de ellos en la capital, Reykiavik, la única ciudad importante, y su economía depende de la pesca y sus derivados.
En el orden «geoestratégico», hay cierto equilibrio entre Moscú, por un lado, y Bruselas y Washington, por el otro. Pero las relaciones entre los dos últimos han llegado a nivel de cierta desconfianza tras un vergonzoso caso de espionaje que casi acaba con la escasa credibilidad de Estados Unidos en Europa.

La preocupación, pues, podría ser que el alcance de la Unión Europea no es básicamente económico sino también político, con un grado creciente de renuncia de soberanía de los países miembros; y todos ellos se opusieron a los planes norteamericanos de un apoyo directo a Ucrania y el ataque a Siria (aquí la excepción fue Francia y por motivos de política doméstica). Así, el alejamiento islandés de la Unión Europea garantiza una influencia absoluta de Estados Unidos sobre aquélla república insular, que por su posición rezagada es fácil defender y permite proyectar una fuerza sobre el Ártico en el N de Europa, con o sin el beneplácito de la Unión Europea.

Islandia y Estados Unidos. En 1941 Estados Unidos envió tropas a Islandia y en 1946 las evacuó, pero se le permitió utilizar el aeropuerto de Keflavík, hoy base aérea estadounidense. La «guerra fría» convirtió la isla en importante centro estratégico del Atlántico Norte y en 1951 acordó confiar su defensa a Estados Unidos. Sólo dos años después, las tropas americanas establecidas en Islandia representaban una cuarta parte de la población y Washington invirtió durante esta década unos 360 millones de dólares en los medios de defensa de la isla y en una gran base naval. Sus amplias y desoladas mesetas en el interior están deshabitadas, pero hay en ellas alguna instalación militar con misión poco clara, privativa de Estados Unidos, sin control OTAN.