20 de septiembre de 2015

España y el F-35 «Lightning II»

US Department of Defense
Desde 1976, España mantiene una fuerza embarcada de «Harrier», que se ha ido substituyendo con versiones mejoradas («Harrier II» y «Plus»). Este tipo de avión sólo se utilizó en Estados Unidos, Reino Unido, España, más tarde Italia y, con aviones de segundo uso, India (británicos) y Tailandia (españoles). Los cuatro primeros países participaban del elevado coste de desarrollo del «Harrier», pero Estados Unidos se desentendió del mismo en favor del F-35B «Lightning II».

Así, el «Harrier II» desaparece sin sucesor y se propuso una versión embarcada del excelente «Typhoon», que se construye conjuntamente en Alemania, España, Italia y Reino Unido. Sin embargo, por razones poco claras, los dos últimos se adscribieron en 2002 al programa «Lightning II», Alemania no tiene aviación embarcada y España no podía asumir en solitario semejante proyecto.

Deshechada una versión embarcada del «Typhoon», el único candidato a sustituir el «Harrier II» es la versión B del F-35, que aterriza como un helicóptero y vuela como un avión mediante la utilización de tobera basculante. Junto a la versión C es la más cara y problemática, y en la que están interesados Australia (no tiene aviación naval), Reino Unido (la eliminó en 2010 por problemas presupuestarios), España e Italia (substitución de los «Harrier II»).

En la elección española inciden negativamente el elevado coste de adquisición y mantenimiento de un avión en cuyo desarrollo no participa. Para paliar costes, se piensa substituir los F-18 con F-35 y desviar una parte de estos a la Armada, pero la Fuerza Aérea estaría interesada en la versión A (aterrizaje convencional), con más armamento a bordo y mayor radio aéreo.

Ministerio de Defensa de España
En España, el F/A-18 está en servicio desde 1986 (se han adquirido 90 aviones) y un candidato a substituirle es el F-35A «Lightning II».
¿España necesita el F-35? En el caso de la Armada no se discute: el F-35B es la única oferta para la adquisición de un nuevo avión V/STOL (despegue y aterrizaje cortos o verticales). El mismo problema se le plantea a la Fuerza Aérea, aunque con matices y sin plazos apremiantes. Un avión polivalente puede desarrollar todas —o casi todas— las misiones tácticas, pero unos son utilizados primordialmente como avión de interceptación, mientras que otros son dedicados más específicamente a atacar objetivos terrestres. Así, para substituir los «Phantom II» españoles se seleccionó el F/A-18 de la McDonnell Douglas y para reemplazar a los Mirage F1, el «Typhoon».

España ha puesto a punto versiones mejoradas del F-18 —la serie M— para «bombardeo de penetración» con misiles de crucero, pero la OTAN cifra su superioridad en los avances tecnológicos y ello obliga a una renovación frecuente del material. Y en un país con dotación «Typhoon», sin otro rival que el «Raptor», no hay más oferta para complementar a aquel que el F-35, por ahora.

Caza F-35: «golpe» a la OTAN europea. El F-35 se retrasa en sus plazos de entrega y alrededor de este avión se vienen dando las siguientes circunstancias: características medianas, altísimo coste por unidad y cierta falta de fiabilidad motriz. Sin embargo, ya ha dado a Estados Unidos un notable éxito: más de media docena de países europeos han decidido adquirirlo —o anuncian sus intenciones—, lo que permite a Estados Unidos ejercer sobre estos países el control del suministro de los repuestos necesarios para utilizar el material vendido, con el consiguiente peso específico en la OTAN.

Un avión problemático. Diseñado y construido por Lockheed Martin, el F-35 hizo su primer vuelo en 2006 y los primeros aparatos de serie en 2012. Se provee la versión A (convencional) y están en desarrollo la B (despegue corto y aterrizaje vertical) y la C (embarcado). Programa netamente norteamericano, participan económicamente del mismo Reino Unido (2 500 millones), Italia (1 000) y, muy rezagados de los anteriores, Holanda, Canadá, Turquía, Australia y otros países.

Ministerio de Defensa de España
Aunque todavía excelente avión de ataque, el «Harrier II» está superado como caza de protección. A espera de un substituto, la Armada confía en el paraguas de su potente cinturón antiaéreo AEGIS (destructores F-100). Desde 2010, sólo tres países europeos tienen aviación embarcada: Francia, España e Italia, los dos últimos con «Harrier II».  
El F-35, pensado como substituto de los F-15, 16 y 18, A-10 y AV-8, tiene como característica principal la de ser prácticamente indetectable por el radar; es decir, utiliza enteramente técnicas «stealth». Técnicos y pilotos le sitúan en el entremedio del «Typhoon» y el «Raptor», que actualmente personifican las dos tendencias en la concepción del interceptador-bombardero. El primero es muy «maniobrero», va dotado de mucho y variado armamento y con velocidad supersónica sin postquemador (ventaja inestimable), pero sin perder del todo una sección radárica pequeña. El «Raptor» cifra su éxito en la indetectabilidad al radar, complejidad que le hace muy caro, especializado y con muchas servidumbres terrestres.

El F-35 se proveyó para desarrollar un papel perfecto en todas las misiones tácticas, tarea complicada y cara. Ahora se dice que los costes se reducen, los plazos se acortan y las características satisfacen, pero lo cierto es que no mejoran las perspectivas del coste-eficacia del F-35 coincidiendo con sus medianos resultados (no cumple todos los requisitos exigidos).

F-35 frente al T-50. El ruso T-50 es un modelo todavía en evaluación, lo que hace que no se pueda lograr una perspectiva acertada de sus verdaderas características, pero al parecer su tecnología «stealth» y aviónica son inferiores a las del F-35. Su planta motriz también plantea problemas y, en cualquier caso, el avión ruso llega con una década de retraso frente a su rival norteamericano, el F-22 «Raptor», al que no es superior en el conjunto de sus características.