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Por fuentes oficiosas se sabía de la instalación en Siria de misiles rusos desde marzo de 2015 y, por fuentes oficiales, de cohetería antiaérea tipo S-400 tras el derribo de un bombardero Sujoi 24 ruso por la aviación turca en noviembre de 2015 (véase «Turquía derriba un avión ruso» y «El derribo del avión ruso divide a la OTAN»). Sin embargo, las imágenes del ISI constituyen las primeras pruebas gráficas, cuando menos públicas, de un vehículo portador de armas nucleares o NVD («Nuclear Delivery Vehicles») en Siria, en este caso una pareja de lanzadores dobles tipo «Iskander M» (SS-26 «Stone» en nomenclatura OTAN).
Este misil es un SSM («Surface-to-Surface Missile»), es decir, va contra objetivos situados en superficie terrestre, por lo que tiene un carácter ofensivo. Constituye motivo de inquietud por el peligro que supone, plantea dudas sobre las verdaderas intenciones de los esfuerzos de Moscú en Oriente Medio y responde a una táctica de política agresiva.
El SS-26, cuando va armado con cabeza de combate nuclear, actúa por disuasión y si esta falla puede ser empleado en un primer golpe sobre el enemigo o como represalia. Este sistema de misiles ofensivos móviles tiene varias ventajas, entre ellas la gran movilidad que hace inesperado y desconocido el origen de su trayectoria, que además puede ser baja e hipersónica, con lo que puede más fácilmente burlar la defensa anti-misil. Así, la mejor defensa contra el SS-26 es impedir su lanzamiento, pero esta pre-acción o anticipación fácilmente puede presentarse a la opinión pública como una agresión y, con ello, justificar la represalia.
Alliance/dpa
El caballete de la plataforma de lanzamiento móvil del SS-26 «Stone» se endereza por medio de un gato hidráulico hasta que el proyectil queda en posición de disparo.
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Misil «Iskander». Cinco misiles de crucero y uno balístico, aunque de características diferentes, responden al nombre «Iskander». El 9M728 «Iskander K» es un misil de crucero con un radio aéreo de unos 1 500 km. El 9M723 «Iskander M», que es el que nos ocupa, es un cohete simple de propulsor sólido, unas 4 t de peso, mide unos 7 m de longitud, cabeza explosiva de hasta 50 kilotones, alcance máximo de 400-500 km y diferentes sistemas de guía, desde uno de memoria que archiva la imagen suficientemente detallada del objetivo hasta otro dotado con autopuntería, esto es, lleva un sistema de propulsión y aletas de control que permiten corregir la trayectoria y elegir la convenientemente calculada para burlar las defensas, en vuelo automático o teledirigido. Según la propaganda rusa, es un misil muy selectivo (errores inferiores a 7 m) y capaz de virar a 20 o 30 g. Estos misiles son llevados por parejas en autocamiones de ocho ejes. En Rusia, por hoy, se dispone de unos 110 SS-26 repartidos en 9 brigadas (cosa de una docena cada una).
Pruebas gráficas