4 de febrero de 2018

Corea del Norte: armas nucleares y genocidio

Renitor
Corea del Norte tiene un desarrollo industrial tan pequeño que necesita ayuda extranjera para proveer explosivos atómicos con sus correspondientes vectores de lanzamiento. Su arsenal nuclear depende de la generosidad china y el sostenimiento de su ejército —numéricamente importante, cualitativamente para museo— se consigue a costa de más de tres millones de muertos a causa de una penuria alimentaria como consecuencia del gasto bélico.

La República Popular de Corea, estado de partido único (comunista) creado por la Unión Soviética (1948), ha sido dirigida desde sus orígenes por dictadores comunistas: Kim Il Sung «Gran Líder» (1945), Kim Jong Il «Querido Líder» (1994) y Kim Jong Un «Brillante Camarada» (2011). Pese a que cuenta con cierta abundancia de recursos naturales (carbón, hierro y magnesita, cobre, níquel), este sistema estalinista de culto a la personalidad, llamado «dinastía Kim», ha hundido al país en una severa penuria alimentaria, que desde la década de 1990 habría causado más de tres millones de muertos.

En 1950 las tropas comunistas del N de Corea invadieron Corea del S y tras un contraataque de las fuerzas de Naciones Unidas se llegó a un alto el fuego (1953) y la división de Corea cerca del paralelo 38. Las difíciles relaciones entre ambas Coreas mejoraron a partir de los Juegos Olímpicos de Seúl (1988) y en 1991 Corea del N fue admitida en Naciones Unidas. Sin embargo, al mismo tiempo que la magra ración básica de arroz por persona y día fue reducida de 250 gramos a tan sólo 100, la importante asistencia exterior para paliar la hambruna fue desviada a un oneroso programa armamentístico y nuclear (casi un 40% del total de la financiación nacional, según los observadores económicos extranjeros). Así, en 1994 la tensión subió de nuevo ante el temor de que los norcoreanos estuviesen en condiciones de fabricar armas atómicas.

A la muerte de Jong Il en 2011, heredó el poder su hijo Jong Un, con sólo 28 años. Su política, mezcla de socialismo grosero y primitivo y dictadura omnímoda, es símbolo del terror, con ejecuciones arbitrarias, incluidas las de familiares y antiguas amantes. En el orden internacional, Corea del N está entre los más pobres del mundo y no tiene otro instrumento de política exterior que el terrorismo nuclear.


El ministro de Asuntos Exteriores chino condena los ensayos balísticos norcoreanos (marzo 2017) al mismo tiempo que advierte a Estados Unidos de las graves consecuencias de una solución militar. Pocos días después, China desplegó tropas en la frontera coreana.
Chantaje atómico. Corea del N se incorporó en 2006 a los países dotados de armamento atómico con la prueba de un ingenio de baja potencia, programa cancelado así se consiguieron «favores materiales» de China y otros países. En 2016 ensayó con éxito el disparo submarino de un cohete bifásico KN 11, copia del chino «Julang», uno de los peores SLBM (misil balístico de lanzamiento submarino) jamás construidos. En 2017 disparó cuatro cohetes simples (5 marzo) y uno bifásico (3 julio), ensayos que coinciden con el anuncio de un aumento del gasto bélico de China y la tirantez de relaciones con Estados Unidos. La propaganda norcoreana y los medios informativos de Moscú, en una metódica desorientación de la opinión pública, quieren hacer creer que una posible guerra en Corea se resolvería por una serie de «golpes nucleares estratégicos», pero Corea del N aduras sería capaz de unos «golpes atómicos propagandísticos» (Japón y Corea del S, difícilmente Hawái).

Chantaje químico. El escaso desarrollo de las técnicas en armamento nuclear ha llevado a Corea del N a la fabricación y almacenaje de armas químicas y bacteriológicas (unas 5 000 t), que fácilmente se lanzan con granadas de artillería y cohetes sencillos. Actualmente, un laboratorio trabaja para crear y fabricar en gran escala productos catalogados como armamento químico o biológico (ya se tienen listos para su uso agentes tipo Ántrax y Sarín).

¿A quién beneficia la crisis coreana? Lo más peligroso es, sin duda, el hecho de que Pekín y Moscú minimizan la amenaza de Corea del N. El propósito chino es que Estados Unidos opere en situaciones muy graves, quedando obligado a aceptar la mediación china a cambio de una libertad de acción en el mar de la China Meridional, libertad que consiste en una política exterior depredadora con desprecio al Derecho internacional (véase «La guerra fría se desplaza a Asia oriental» y «China amenaza a Estados Unidos»). Rusia ve con agrado cualquier diversión en Asia que polarice la atención de la OTAN, principal obstáculo para su agresiva política exterior  (invasión de Ucrania y ataque al «status quo» del Báltico). La bravuconería bélica de Corea del N crea una grave crisis internacional que favorece el rearme estadounidense y, por el llamado «efecto de arrastre», el aumento del presupuesto militar de los países OTAN…