2 de marzo de 2014

El Ejército de Ucrania abandona Crimea

Vasily Batanov (RIA Novosti)
Ante el aumento de fuerzas rusas en Crimea, el Gobierno ucraniano reaccionó frente a esta situación promulgando una «alerta máxima» de sus fuerzas armadas y proclamó la movilización, pero el Ejército ucraniano ha desaparecido de Crimea debido a las dimisiones de algunos jefes militares en la región y las deserciones de muchos soldados, que a veces se pasan directamente a los «grupos de autodefensa» con armas y bagajes.

Ahora las dependencias militares ucranianas en Crimea, arsenales incluidos, están bajo el control de los «grupos de autodefensa» en la región. Rusia comenzó a enviar unidades el 24 de febrero, tras el «golpe cívico» que destituyó al presidente electo, Víktor Yanukóvich. Actualmente están estacionados en Crimea aproximadamente 15 000 hombres, aunque este dato no es fiable debido al secretísmo. Dominan las ciudades y las comunicaciones y gran parte de la población está implicada en el movimiento ruso (activamente participan entre 5 000 y 10 000 personas en actos a favor de Rusia). El Gobierno ucraniano negó tal inacción de su Ejército, pero el viceprimer ministro de Crimea, Rustan Temirgaliev, anunció el día 1 de marzo que no quedaba en la región unidad regular con capacidad de actuar y al día siguiente el jefe de la Armada ucraniana, contraalmirante Denis Berezovski, deshizo todas las dudas al unirse a las autoridades de Crimea.

La convocatoria a filas de Kiev, por supuesto legítima, puede ser un disfraz de graves problemas internos. Andréi Parubi, secretario del Consejo de Defensa ucraniano, declaró que «necesitamos un ejército unido», indicio de divisiones entre los jefes militares, y las fuerzas armadas de Ucrania, que tras la desintegración de la Unión Soviética se han degradado a pasos agigantados, no tienen posibilidades frente a Rusia sin el apoyo de la OTAN, oganización que, por ahora, no ha dado seguridades a Ucrania para una ayuda total en caso de conflicto con Rusia.

La Unión Europea ha desplegado ahora una estrategia política claramente apaciguadora, con apelaciones al entendimiento y el respeto a la integridad territorial, pero el día 2 de marzo el secretario general de la OTAN, Anders Rasmussen, calificó a Rusia de amenaza para la seguridad europea y la acusó de violar la Carta de Naciones Unidas. Por su parte, Washington advirtió a Moscú del «precio» de este «acto de agresión» en las relaciones entre ambos países, sin más matices (recordemos que la Unión Europea, excepción de Francia, no apoyó a Obama en su propósito de atacar Siria, lo que se tradujo en una victoria propagandística del presidente Putin).

OTAN
En una conferencia de prensa pronunciada el 2 de marzo, el secretario general de la OTAN, Anders Fog Rasmussen, condena el despliegue de tropas rusas en Crimea y advierte de la amenaza que ello representa a la estabilidad y seguridad europeas.
La mencionada política, conciliadora o agresiva según quien, no parece haber producido demasiados frutos, a juzgar por la prosecución del fortalecimiento militar ruso en Crimea con la misma o mayor intensidad. Por otro lado, en el seno del propio Gobierno de Ucrania, ahora criticado por el periodismo occidental más atrevido, parecen asomar graves fisuras bajo la amenaza de una guerra civil que divida el país.

ANEXO: FUERZAS ARMADAS DE UCRANIA

En las proximidades de Crimea, es decir, en la zona SE del país, se encuentran desplegadas de ordinario las unidades del VI Cuerpo de Ejército ucraniano, con Cuartel general en Dnipropetrovsk, compuestas básicamente por una brigada acorazada (17ª), tres mecanizadas (28, 93 y 92), dos aerotransportables o aeromóviles (25 y 79) y una de artillería (55). Parece ser que la citada 79ª brigada aeromóvil no está oficialmente adscrita al VI Cuerpo.

El Ejército de Tierra cuenta en 2014 con 63 000 hombres, que forman parte de tres Cuarteles Generales de Cuerpo de Ejército (VI, VIII y XIII), dos brigadas acorazadas, ocho mecanizadas, tres aeromóviles o aerotransportadas y tres de artillería, así como pequeño número de otras unidades de menor entidad.

Estas unidades están equipadas con carros de combate, aproximadamente 700, de los modelos T-64B y BV, obsoletos, y una decena de T-84 «Oplot M»; vehículos de combate acorazados, en número de unos 2 000 entre BMP-1 y 2, de cadena-oruga, y BTR-60, 70 y 80, sobre ruedas. Por el efecto de arrastre de la extinta Unión Soviética, Ucrania tiene todavía hoy una reserva importante, pero obsoleta o anticuada: 170 T-55AGM, 1 500 T-64 y 1 300 T-72.

La Armada de Ucrania no dispone de barcos importantes y únicamente sirve para operaciones en mares interiores, y de muy poca envergadura. El total de las fuerzas navales ucranianas aparece integrado como sigue: 1 fragata (clase «Krivak III»), 1 submarino (clase «Foxtrot», obsoleta), 4 corbetas, 5 dragaminas, 2 buques de asalto anfibio y algunas decenas de pequeños buques auxiliares. El 1 de marzo recibió el mando de la Armada el contraalmirante Denis Berezovsky, pero al día siguiente desertó para unirse al Gobierno de Crimea.

La fuerza aérea ha padecido una fuerte sangría en efectivos debido a la mala situación económica del país y sólo una parte está en uso, con muchos modelos que pronto llegarán al final de su vida activa. La flota de combate está compuesta por 42 cazas Sukhoi 27 (sólo 16 en condiciones de vuelo), 180 cazabombarderos MiG-29 (de ellos un centenar o más en la reserva), 46 aviones de ataque Sukhoi 25 y otros 120 Sukhoi 24M (16 en servicio y el resto inútiles o en desuso).

Para una exposición del ejército, fuerza aérea y fuerzas nucleares estratégicas de Rusia, véase La mentira del rearme ruso.