14 de marzo de 2014

Vuelo 370: demasiadas dudas

Laurent Errera
El 8 de marzo desapareció un avión comercial malayo mientras iba de Kuala Lumpur a Pekín, con 227 personas. Las incongruencias en las versiones oficiales convencieron algunos sectores de opinión de la ocultación de información. El problema de imaginar una cosa por conjeturas —y con informaciones encontradas— es la diversidad de opinión y la desaparición del vuelo 370, donde se establecen todas las suposiciones, adquiere ahora ribetes siniestros.

Los hechos conocidos están sobradamente explicados: el vuelo MH370, un Boeing 777 serie 200 de la compañía Malaysia Airlines, con 227 pasajeros (de ellos 152 chinos) y 12 tripulantes, despegó desde Kuala Lumpur (Malasia) a las 0 h 41 min del 8 de marzo (hora del país) y a las 1 h 22 min desapareció de los radares. A partir de aquí hay una falta de orden y claridad en los hechos y concurren todas las hipótesis de trabajo (secuestro, ataque terrorista, demencia locura de uno o ambos pilotos, despresurización mortal).

La discreción militar, que no quiere comprometer «secretos» de su sistema de vigilancia aérea, y el desbarajuste en las investigaciones extienden la duda sobre una conducción deliberadamente engañosa. Estudiando los acontecimientos conocidos, un punto que llama la atención es el referente a la disparidad respecto de las últimas señales transmitidas, caso de los equipos de análisis automático de los motores (ACARS), que a intervalos de unos 30 min trasmiten datos o señales de referencia a estaciones terrestres. Pues bien, hay quien dice que estas continuaron hasta las 5 h en tanto las autoridades malayas adelantan la última de ellas a las 1 h 7 min; es decir, quince minutos antes de la desaparición.

Otro aspecto es el de los radares. Aquí es necesario resaltar que la desconexión del «transpondedor», repetidor a bordo para la identificación de la aeronave, hace indetectable el avión por el radar de tipo «secundario», no así por el de tipo «primario», que no obstante incapaz de identificar la clase y número de vuelo permite descubrir la presencia y posición del avión y determinar la distancia del mismo y su dirección. Aquí las diferencias de unas fuentes respecto de otros también son escandalosas: radares primarios descubrieron por última vez al vuelo 370 a las 2 h 15 min en dirección N, 220 km al E de Kota Kinabalu (mar de China Meridional), según fuentes vietnamitas, y a las 3 h 40 min en dirección NO, sobre la isla Pulau Perak, en el estrecho de Malaca, según fuentes malayas. En fin, el día 13 fuentes militares norteamericanas, en base a indicios que no se han publicitado, creen que el MH370 se estrelló en el Índico.

También inspira sentimientos de desconfianza que la última señal conocida del avión, anunciada públicamente el día 14, fue captada por un satélite a las 8 h 11 min del día 8, cosa de media hora antes de agotar su autonomía de vuelo, pero con precisión geográfica tan pobre que el avión podía situarse tanto en los límites de Rusia como en los de... Australia.

Es evidente que subyacen problemas más profundos y que la solución de esta desaparición puede resultar demoledora para el prestigio y credibilidad de algún país. Así, próximamente seremos espectadores de la batalla establecida entre fuerzas críticas y escépticas, pero cabe suponer que con resultados tan desalentadores como los de aquella que siguió a la pérdida de vuelo 870 de Itavia (1980), un DC-9 italiano derribado sobre el mar Tirreno por cazas misteriosos, probablemente de la OTAN (véase Vuelo 870 de Itavia).


ANEXO

¿El avión más fiable? Se dice que el Boeing 777, en directa oposición con los modelos Airbus, es un avión que está batiendo todas las marcas de seguridad, pero se trata de una versión reformada del Boeing 767, avión que ha pasado a la historia por las polémicas suscitadas por el ataque camicace a Nueva York y Virginia (2001). En el caso del vuelo MH370, la idea de un secuestro por medios automáticos es la explicación que causa más extrañeza, pero desde un punto de vista teórico resiste como hipótesis de trabajo. Algunos estudiosos afirman que los aviones comerciales, mayormente Boeing, se pueden guiar por medios remotos a despecho de la voluntad de la tripulación (véase el anexo al artículo Vuelo 175 de United Airlines).

La sospecha terrorista. Dos de los pasajeros, iraníes y con destino Ámsterdam, que adquirieron sus billetes al mismo tiempo en una agencia de viajes tailandesa (Pattaya), utilizaron sendos pasaportes sustraidos a un austriaco (2012) y un italiano (2013) en Phuket (Tailandia), pero el jefe de aviación civil de malasia, Azaharaddin Rahman, se apresuró a declarar que «no tenían vinculaciones terroristas» (10 marzo).

Tripulación. El piloto al mando, Zaharie Ahmad Shah, de 53 años y en Malaysian Airlines desde 1981, tenía más de 18 000 horas de vuelo; el segundo piloto, Fariq Hamid, de 27 años y desde 2007 en dicha compañía, casi 2 800.

El avión. Del bimotor Boeing 777 se fabrican las versiones 200, 200ER («extended range»), 200LR, 300 y 300ER, que difieren entre sí en el número de pasajeros, en los motores que utilizan y radio aéreo. Es un avión proyectado sobre el Boeing 767, pero más grande, con modelo prototípico en 1990 y en servicio desde 1995 (United Airlines). El vuelo 370 de Malaysia Airlines era un Boeing 777 versión 200ER, provisto de motores Rolls-Royce Trent 800, con matrícula 9M-MRO y número de serie 28420/404. El 14 de mayo de 2002 realiza su primer vuelo y era entregado a su propietario el 31 de mayo siguiente. Tenía 20 240 horas de vuelo y unos 3 000 ciclos (maniobras de despegue y aterrizaje). Salvo un inesperado desenlace feliz, es la mayor catástrofe de Malaysia Airlines, que hasta ahora estaba en el vuelo 653 del año 1977, con un centenar de muertos.


Actualización


Supuesto documento en que oficialmente se otorga la invención o propiedad industrial de un semiconductor a cuatro ciudadanos chinos a bordo del vuelo MH370.
La hipótesis de la «patente». La investigación de un accidente aéreo debería empezar por la nómina de pasajeros a bordo y algunos así lo hicieron. El 22 de marzo de 2014, el periódico electrónico «Russia Today» anunció que tres días después de la desaparición del vuelo MH370 se aprobó por la oficina de Patentes de Estados Unidos un documento de invención y propiedad industrial de semiconductores, con el banquero británico Jacob Rothschild como «beneficiario» del mismo. La razón para ello hay que buscarla en que dicha patente se reparte equitativamente entre cuatro ciudadanos chinos, todos ellos a bordo del vuelo 370, y la empresa «Freescale Semiconductor», de Austin (Texas), propiedad de «Blackstone» (Grupo «Carlyle») y esta a su vez del citado Jacob Rothschild.

La patente incorpora, según algunas fuentes, una disposición por la cual a la muerte de uno de los titulares su participación se reparte entre los restantes, salvo documento de última voluntad. Como fuere que no se conoce testamento alguno de los desaparecidos, «Freescale Semiconductor» queda como propietario único de la patente (esta empresa fue una subsidiaria de «Motorola» separada de la misma en 2006 para integrarse en «Blackstone»).

Es inverosímil que los propietarios del 80% de una patente importante se embarquen juntos, por necesidad o imprudencia, en un vuelo ultramarino sin disponer testamento. No obstante, esta hipótesis adquiere ribetes siniestros cuando se supo que una veintena de los pasajeros del vuelo 370 trabajaban para «El Pentágono» (12 malayos y 8 chinos), estrechamente relacionados con la guerra electrónica, al igual que la citada «Freescale».

No se trata de hacer misterios de cosas que no lo son, pero el vuelo 370 de Malaysia Airlines encierra demasiados.