9 de junio de 2014

Ucrania: ¿dinero o «geoestrategia»?

Resistencia ucraniana
Lo cierto es que la gran mayoría de las contiendas, civiles o internacionales, responden a motivaciones económicas, por mucho que se invoque a Dios o la libertad antes de comenzarlas. Kiev dice defender en Ucrania oriental los altos intereses de la nación, pero a la práctica busca conservar sus materias primas y grandes centros industriales, que ahora adquieren importancia crítica en un país al borde de la bancarrota financiera y la desintegración.

En efecto, Lugansk, Donetsk, Slaviansk y otras ciudades insurrectas están en la gran cuenca carbonífera del Donets o Donbass, con enormes reservas y que ha originado una potente industria del acero, gracias al hierro de Krivoi Rog, ciudad también ucraniana y centro de la minería del hierro de la antigua Unión Soviética. Esta es una de las razones visibles por las que el objetivo fundamental de Kiev es destruir las fuerzas rebeldes y una ola terrorista contra las ciudades, pero sin aniquilar su industria y sus vías de comunicación.

Estas materias primas revisten alguna importancia para la Unión Europea (es energéticamente deficitaria, sobre todo por lo que toca al petróleo) y ninguna para Rusia (recursos naturales inmensos en casi todos los órdenes), pero ambos consideran a Ucrania el «granero de Europa y Rusia» por sus llanuras y mesetas de gran fertilidad («tierras negras»).

Sin embargo, la realidad es que la geografía económica de Ucrania no es importante y este país, uno más de los Estados inútiles surgidos de la desintegración de la Unión Soviética, parece ser un factor sólo geográfico en la estrategia global de los gobiernos estadounidense, europeo y ruso (véase Ucrania: retorno a la «guerra fría»).

Así pues, los intereses de Estados Unidos, Unión Europea y Rusia no son demasiado complejos. Aparte ciertos revestimientos semánticos, la OTAN está interesada en cercar a Rusia y esta en impedirlo. El gran beneficiario de este enfrentamiento es la industria de armamentos de guerra, que requiere de un clima bélico para su prosperidad económica, con Estados Unidos como campeón de los bienes militares, columna casi única de su economía nacional.

En fin, estamos como al principio del artículo: los conflictos que se plantean en los planos ideológico y político responden a motivaciones económicas, pero «economía» y «estrategia prospectiva» o «geoestrategia» se relacionan tan estrechamente entre ellas que es muy difícil separar la una de la otra, como es en el caso de Ucrania. ¿Y la vida humana? Es irrelevante para los objetivos económicos.


ANEXO

La «ley» de los hidrocarburos. Desde la mitad del siglo XX la guerra y el clima bélico sirven de instrumento a una elevación artificiosa del petróleo. Las guerras en Oriente Medio (Israel, Kuwait, Irak, Afganistán) y «rebeliones» políticamente sospechosas (Libia, Egipto,Siria) rompieron al alza el precio del barril.

Ucrania no es productor neto de crudo, pero un importante grupo de oleoductos, más propiamente gasoductos, se sitúa en este país: las tuberías que transportan gas natural desde las zonas de producción rusas a Alemania y otros países europeos. España enlazó sus gasoductos con yacimientos norteafricanos, pero sólo puede cubrir una parte pequeña del consumo de gas en la Unión Europea. Sin alternativa a corto plazo, es evidente un maquiavélico juego de la oferta y la demanda.

El yacimiento de Yuzovsky. En la cuenca del Donbass se halla el llamado yacimiento de Yuzovsky, al parecer un criadero de esquisto bituminoso, roca metamórfica que al ser destilada produce, entre otras substancias, petróleo y gas. Pues bien, el depuesto presidente Yanukovich acordó con la empresa Royal Dutch Shell la exploración y explotación de dicho yacimiento por un espacio de tiempo de 50 años. Según una analista de la Fundación Rusa de Cultura Estratégica, Olga Chetverikova, un artículo del citado acuerdo (37.2) legitima desposeer de sus haciendas (casas, terrenos, fincas agrícolas) a las poblaciones del lugar y siempre a favor de la mencionada empresa.

La apertura de unos 100 000 pozos en la zona, según las previsiones, es la ruina de la agricultura local y hace a la población económicamente feudataria de los citados pozos, con la fatal conclusión, dícese, de que se prevé la venta a «extranjeros» de las llamadas «tierras negras» (mesetas y llanuras de gran fertilidad). Semejante expropiación reviste muchas complicaciones y la guerra es la solución a todas ellas («limpieza étnica» y expolio).