10 de marzo de 2014

Vigilancia aérea de la OTAN sobre Ucrania

OTAN
La OTAN, fiel a la petición de su socio polaco y a lo anunciado por el artículo 4º de sus estatutos (amenaza a un país miembro), decidía el 10 de marzo enviar dos aviones AWACS a este país y Rumania para la vigilancia aérea de Ucrania y Rusia. La OTAN, estrechamente relacionada con la Unión Europea, trata de imponer su presencia en la crisis de Ucrania en una política de aliento a este país, que últimamente duda del compromiso europeo.

Los diecisiete Boeing E-3 «Sentry» de la OTAN están en servicio desde 1985 y tienen su base de operaciones en el aeropuerto de Geilenkirchen (Alemania). Versión cara del avión de alerta temprana, el E-3 es un derivado del Boeing 707 provisto de radar con caballete y conocido por sus siglas AWACS («Airborne warning and control system», sistema aerotransportado de alerta y control). El alcance de su radar aumenta con la altitud, pero habitualmente vuelan a unos 9 000 m, altura de compromiso entre el alcance y la refrigeración del radar. Su homónimo ruso es el Beriev A-50 «Shmel» («Mainstay» en nomenclatura OTAN), en número de unos 30, también un avión civil muy modificado (Ilyushin 76). Ambos modelos pueden utilizarse como pantalla para encubrir un vuelo de espionaje.

A más de la citada política de aliento a Ucrania, los ministros de Defensa de la OTAN creen conveniente elevar la potencia de las armas de la Organización en la región como medio disuasorio, pero el aumento del tráfico militar tanto aéreo como marítimo en un escenario de crisis con ámbito geográfico tan reducido aumenta el riesgo de una acción precipitada que puede agravar la situación.

Se espera que esta crisis se solucione diplomáticamente, pero puede desembocar en una guerra de importancia a nivel mundial porque en ella intervienen la OTAN y Rusia en su pretensión de alcanzar posiciones ventajosas, la primera en clara lucha por el predominio mundial.

Movimientos de la OTAN. Europeos y rusos evitan cuidadosamente el empleo de las armas y las actividades conocidas de la OTAN no parecen revestir importancia, por ahora. En el Mediterráneo oriental, la SNMG-2, fuerza naval en posición preventiva con la posibilidad de intervenir en los mares Negro y Rojo, parece estar a la mira, sin movimientos extraños, y que se sepa sólo un destructor de la OTAN, norteamericano, salió del Mediterráneo al mar Negro so pretexto de unas maniobras. En los límites del espacio aéreo de Turquía, cazas F-16 de este país hicieron retroceder a un tetramotor Tupolev 95 ruso sin tener que abrir fuego (6 marzo). Al mismo tiempo, Estados Unidos enviaba a Polonia 12 aviones de combate F-16 «Falcon» y agregó 6 F-15C «Eagle» a los cuatro que ya tiene desplegados desde enero de 2014 en Lituania como «Policía Aérea del Báltico».

Debilidad de la «OTAN oriental». La cantidad y calidad de la aviación de caza en la OTAN presenta un marcado desequilibrio entre la que disponen las fuerzas aéreas del oeste y las que poseen las del este. Polonia, Hungría, Rumanía y Bulgaria disponen de material anticuado o insuficiente: 48 F-16C/D y 31 MiG-29A/UB, 14 JAS 39C/D, 36 MiG-21RB/RC y 15 MiG-29A/UB, respectivamente. Los iniciados planes de «modernización» se limitan, por ahora, a la substitución de los MiG con modelos occidentales de segundo uso, caso de Rumania, que recibirá en 2015 una o dos docenas de F-16 norteamericanos y portugueses. En caso de conflicto, estos países confían en el rápido refuerzo de «Eurofighter» y «Rafale» venidos, especialmente, de Alemania, España, Francia e Italia.


ACTUALIZACIÓN

La política internacional de Bielorrusia, como gran amigo de Rusia, supone una constante atención a la crisis de Ucrania. El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, decidió responder de alguna manera al fortalecimiento militar de la OTAN en Polonia y Países bálticos, fronterizos con Bielorrusia, y estudia aumentar el número de aviones de combate rusos en su territorio, propuesta que anunció formalmente el día 12 de marzo durante una reunión del Consejo de Seguridad Nacional. Se trata del primer apoyo militar internacional a Rusia y de un país que, hasta hoy, permaneció expectante a la defensiva.

Tras la retirada de servicio de una veintena de cazas Sukhoi 27P/UBM, la fuerza de caza de Bielorrusia se compone de 38 MiG-29B/BM/UB. En respecto de Ucrania, una reciente revista de sus fuerzas armadas comprobó las malas condiciones de las mismas y menos de un 5% de reservistas han respondido a la movilización. (Para la relación numérica y de material de las Fuerzas Armadas ucranianas en marzo de 2014, véase el artículo El ejército de Ucrania abandona Crimea.)

Refuerzo de la «Policía Aérea del Báltico». El 30 de abril, para ir substituyendo a los F-15C norteamericanos del destacamento OTAN en el Báltico, llegaron 4 «Typhoon» británicos y otros tantos MiG-29 polacos a la base de Siaulia (Lituania) y 4 F-16 daneses a la de Amari (Estonia). Por estas mismas fechas se desplegaron 4 «Rafale» franceses en Polonia y 6 F-18 canadienses en Rumania (véase España envía cazas al Báltico).