8 de febrero de 2015

Sonda «New Horizons» al paso de Plutón

NASA
El día 19 de enero de 2006 fue lanzada por Estados Unidos la sonda interplanetaria «New Horizons» destinada a estudiar el «planeta enano» Plutón, su compañero cósmico Caronte y sus cuatro minúsculos satélites. Este vuelo de exploración reviste un aspecto inédito: Plutón es el único planeta del sistema solar, dejando aparte los planetas transplutónicos recientemente descubiertos, que no ha sido explorado por sondas interplanetarias.

Constituye el segundo de los grandes acontecimientos astronáuticos de los últimos años (el otro ha sido la visita al cometa Churyumov de la sonda europea «Rosetta», sobre la cual dejó caer un módulo explorador). Sin embargo, la exploración del espacio profundo se ha trivializado y este vuelo, que permitirá a los astrónomos conocer un astro sobre el cual casi nada se sabe, escapa a la atención del público e incluso a la de los medios de comunicación.

Plutón, el último planeta del sistema solar conocido hasta 2002, fue descubierto en 1930 por Clyde W. Tombaugh, del observatorio Lowell (Arizona), y desde entonces ha sido escudriñado con los mejores telescopios, pero está tan lejos y es tan pequeño que su observación es muy difícil. Este planeta de 2 300 km de diámetro gravita a unos 5 900 millones de km del Sol (distancia media), pero la excentricidad de su órbita es tan grande (afelio de 7 304 millones de km y perihelio de 4 435 millones) que desde 1979 hasta 1999 se encontró más cerca del Sol que Neptuno. Su velocidad orbital es de sólo 5 km/s frente a los 35 de Venus o los 30 de la Tierra, por lo que necesita casi 248 años para dar una vuelta completa en torno del Sol. Al parecer, Plutón carece de atmósfera o es muy tenue (huellas de nitrógeno y metanol) y su temperatura media (-230º C) no se aleja mucho del cero absoluto (-273º C).

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Momento de elevarse un Lockheed Martin «Atlas V» con la sonda «New Horizons», desde la plataforma de lanzamiento 41 del astropuerto de Cabo Cañaveral (Florida), a las 14 h del 19 de enero de 2006.
La polémica de Plutón. Este planeta se aparta de lo normal (pequeñas dimensiones, órbita muy excéntrica e inclinación de 17º con respecto a la eclíptica) y algunos lo describieron como el mayor de los asteroides conocidos o un satélite que se habría escapado a la atracción de Neptuno. Esta posibilidad se descartó en 1978 con el descubrimiento de un satélite de Plutón, al que pusieron nombre Caronte, de dimensiones tan grandes (1 200 km) respecto a los de su planeta que constituye el segundo ejemplo de planeta doble en el sistema solar (el otro es el sistema Tierra-Luna) y el de características más extremas: Caronte tiene la mitad del tamaño de Plutón y está muy ceca de él (19 600 km).

Este planeta binario tiene cuatro satélites minúsculos, rocas informes de entre 10 y 150 km, descubiertos por el telescopio espacial «Hubble»: Hydra y Nix (2005), Cerbero (2011) y Estigia (2012). Tras el descubrimiento del planeta Eris (2005), la Unión Astronómica Internacional (IAU) decidió degradar Plutón a «planeta enano», poco más o menos que un cuerpo esferoide semejante a los planetas, equiparándole en dignidad galáctica al planetoide Ceres, de 980 km, el gigante de los asteroides hasta ahora catalogados. Esta decisión, muy polémica, planteó ordenaciones engorrosas tan poco prácticas que algunos astrónomos simplemente la ignoran.

La sonda «New Horizons» se proyectó para intentar una primera exploración del planeta Plutón desde su espacio circundante. Tiene 2'1 m de largo y 2'7 de ancho, 478 kg de peso (77 de ellos propelente para el motor de maniobra) y la fuente de energía a bordo es una batería de isótopos radiactivos o «central nuclear en miniatura». Fue lanzada desde el astropuerto de Cabo Kennedy (2006), a bordo de un cohete «Atlas V55-1», trifásico, en la dirección de Júpiter para aprovechar el efecto de «trampolín gravitacional» (en febrero de 2007 sobrevoló este planeta a 76 390 km/h). En su viaje a Plutón, penetró en las órbitas de Saturno (2008), Urano (2011) y Neptuno (2014). A partir de mayo de 2015 irá transmitiendo a la Tierra fotografías cada vez más detalladas de Plutón y el 14 de julio se situará a unos 10 000 km de él, iniciando un amplio trabajo fotográfico y de análisis.

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La «New Horizons» va equipada con un sofisticado sistema de detección de emisiones térmicas, espectrómetros de luz visible e infrarroja («Ralph») y ultravioleta («Alice»), medidores de radiación ambiental o de fondo (PEPSSI, REX, SWAP) y una cámara telescópica (LORRI).
En cuanto a la exploración del espacio profundo, marcan un hito los vuelos de las naves «New Horizons» y «Rosetta», redondo si la primera llega en condiciones al cinturón de Kuiper (2017) y los técnicos europeos consiguen reactivar el módulo explorador de la segunda, «Philae», anclado al suelo del cometa Churyumov desde noviembre de 2014, pero inútil por una exposición a la luz insuficiente para la recarga de sus acumuladores (véase «Sonda Rosetta: al encuentro del cometa»).

ACTUALIZACIÓN

Como fue previsto, el 14 de julio de 2015, a las 11 h 50 min (horario al meridiano de Greenwich), «Horizons» pasó a 12 450 km de Plutón. El planeta, con un núcleo rocoso y una superficie de nitrógeno congelado, tiene un diámetro de 2 370 km (unos 70 km superior a la que se calculaba por medios ópticos desde la Tierra), sin abultamiento ecuatorial visible. Es un mundo poco accidentado y con desniveles geológicamente jóvenes (unos 100 millones de años). Incluso a la luz de las más temerarias teorías biogenéticas, en este planeta no se admite la posibilidad de alguna forma de vida.

Una de las revelaciones de la «New Horizons» ha sido la de que Plutón tiene agua congelada que contiene muy poco polvo meteorítico, como también sus satélites Caronte, Hidra y Nix. Grande fue la sorpresa de los astrónomos de la NASA cuando, al examinar las fotografías transmitidas por la «New Horizons», descubrieron que Plutón es un mundo colorido, de encarnado vivo en el ecuador y azul turquesa en latitudes polares. Menos espectacular aparece su grisáceo satélite Caronte. Para conocer algo más positivo en relación a estos astros habrá que esperar el análisis de los datos suministrados por el paso de «New Horizons» por sus cercanías.

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Los astrónomos disponen ahora de fotografías del suelo de Plutón, con una precisión de unos 100 m en extensión. Es un mundo poco accidentado: en su superficie el desnivel no pasa, parece ser, de 500 m respecto al radio medio del globo.
Más allá de Plutón. A fines de julio se alejaba ya hacia el exterior de la órbita de Plutón, prosiguiendo su viaje interplanetario. A una velocidad media de 49 600 km/h extenderá su misión en el cinturón de Kuiper, para alcanzar en 2019 un astro llamado «2014 MU-69». No se sabe a que distancia finaliza la capacidad de comunicaciones de la sonda con los centros de control en tierra, pero sí que el volumen de información por segundo va decreciendo con la distancia (38 000 bits en la órbita de Júpiter y unos 1 000 en la de Plutón).

La nómina planetaria del sistema solar no tiene sus límites en Plutón, pero la infinidad de cuerpos «transplutónicos» son muy pequeños, casi en su totalidad residuos que quedaron al formarse los planetas. Las excepciones, por ahora, son media docena de «planetas enanos» o «planetoides» con unos diámetros de entre 1 000 y 2 300 km (véase «Planetas gigantes transplutónicos»).

Más allá del sistema solar. Cinco son ya las sondas interplanetarias que se alejan del Sol para siempre: los «Pioneer 10» y «11», los «Voyager 1» y «2» y el «New Horizons». Sólo el último ha sido programado para fotografiar y estudiar de paso Plutón y astros transplutónicos, y ninguno para informarnos sobre los límites del sistema solar, que algunos astrónomos sitúan a unos treinta mil millones de kilómetros. Al parecer, «Horizons» es capaz de seguir transmitiendo datos durante 5 o 6 años más y en este lapso es probable la aparición de otros astros, ninguno mayor que Plutón, salvo uno negro como el carbón.


ANEXO FOTOGRÁFICO


La mejor resolución alcanzada por la cámara de «New Horizons» ha sido tan excepcional que, sumada a los datos suministrados por toda otra batería de instrumentos, nos han proporcionado una visión única de Plutón y Caronte.
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Una de las sorpresas de Plutón: esta «brochada» sobre la superficie del planeta es una llanura sin cráteres y geológicamente muy joven (unos 100 millones de años). 
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En relación a su compañero cósmico, Caronte aparece grisáceo y más accidentado.
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Plutón y, en lontananza, Caronte, tan cercanos entre sí que vistos a distancias de unos pocos millones de kilómetros parecen un planeta único. Su centro gravitatorio común está en el espacio circundante de Plutón, más masivo que Caronte.